Fiesta de las Flores y las Frutas / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión

Con alegría Ambato ilumina nuevamente a Tungurahua y al propio Ecuador. La belleza, la música, el color y el sabor vienen de la mano para poner luz donde a veces solo hay neblina y desazón. Para Ambato esto es más que un carnaval con días feriados. Es la emoción de levantarse de las adversidades y la destrucción y construir de nuevo, con fuerza y sin mirar atrás.

Ese grupo de valientes que decidió inventar la Fiesta de las Flores y las Frutas triunfó en la historia  y en el corazón de la Patria. El invento se fortalece cada año y no parece que tendrá final. Es invencible y será invencible mientras los ambateños luzcan su ambateñidad con orgullo y honor. Mientras el aroma a flores y pan fresco no desaparezca.

Momento de desfiles, de bellas mujeres, de toros con todas las de ley, de conciertos, pinturas y paisajes. De optimismo y esperanza. Aquí está todo. Está el sol alumbrando este pedazo bendecido de tierra fértil y buena. ¿Qué más puede pedir el corazón y el espíritu?

Hogar para los propios y para los visitantes. Ambato acoge a todos. Es morada de los buenos y de los trabajadores. De los valientes y de los felices. De los líderes del mañana y de las obras grandes.

Tierra de guaytambos y miel. ¡Cómo te queremos!

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