ESTO NO ES UNA PIPA/Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



“Comprendemos el mundo en función de la estructura de nuestro idioma” lo dijo el filósofo polaco Alfred Korzybski al hacer énfasis en el problemático verbo “ser”. En nuestra lengua no es raro decir que una cosa “es” otra cosa distinta, de hecho, a nadie le llamaría la atención que, por ejemplo, yo dijera la frase: “Messi es el mejor futbolista del mundo” cuando en realidad lo que estoy expresando ahí es que “a mi me parece que Messi es el mejor futbolista del mundo”. Al usar palabras como “es” proyectamos una realidad absoluta y una verdad inmutable en lugar de algo relativo, sujeto a cambios y contextos diferentes, lo cual puede llevar a que la gente se aferre a una realidad inalterable que no refleja la naturaleza cambiante del mundo.

El pintor belga René Magritte pintó en 1929 el cuadro La traición de las imágenes en el que aparece una pipa sobre la frase “Ceci n’est pas une pipe” (Esto no es una pipa). ¿Porqué Magritte niega lo evidente? en el cuadro vemos exactamente lo que la inscripción nos está negando: ni más ni menos que una pipa. Pues, porque, amigo mío, eso no es una pipa, sino la representación de una pipa. ¿Se fija la potencia que ejerce el verbo “ser”? Magritte alertó que si no fuera por la inscripción, el cuadro sería una simple pipa, claro, una pipa que no puede fumarse, pero al negarlo con palabras el verdadero mensaje sale a la luz.

¿Ve qué tan fácil es engañar con el lenguaje? Por eso es que, sin lugar a dudas, el lenguaje es el tipo de engaño más recurrente y descarado escogido principalmente en nuestro caso por políticos corruptos como los correístas que usan y abusan del verbo “ser” al afirmar: “soy un perseguido político”, “los honestos somos más”, “la consulta lassista es una trampa”, etc., o por algunos medios como La Posta identificados con la narco-política y el irrespeto cuando sentencian cosas como: “es un tonto quien piense que un gobierno de diez años (refiriéndose al de Correa) tenga nexos con el narco” o cuando despectiva y reiteradamente señalaron que Ambato es un pueblo aburrido.

Bien sabemos que ni los unos son honestos ni los otros dijeron lo que dijeron por simple equivocación. En los dos casos con sus acciones pintaron una pipa y a renglón seguido deliberadamente escribieron “Esto no es una pipa”, solo que ellos con el único propósito de negar lo innegable y nada más, sin ningún otro mensaje oculto.

En conclusión, tanto Korzybski como Magritte nos sugieren mirar más allá de nuestras percepciones inmediatas para llegar a la verdad, no obstante, a veces no es necesario porque la verdad es tan elocuente que el humo a tabaco inunda la sala aunque la pipa solo esté pintada.

mariofernandobarona@gmail.com

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