Especulación y Paralelismo / Guillermo Tapia Nicola

Columnistas, Opinión

¡El gol que nos faltaba, llegó a tiempo!  Y lo hizo, no solo para dar respiro a todo un país anhelante de triunfos y glorias; sino de mejores días que, felizmente se van dibujando de a poco, con mesura y paciencia, en un horizonte cargado de “mal acostumbrados” nubarrones, sembrados -tiempo atrás- con displicencia y picardía, por quienes se han dejado ir en lágrimas, para inundar los espíritus de desconfianza y temor.

Resultante de un trabajo grupal y de un equipo comprometido, que no ha desmayado en sacar adelante su propuesta de juego: simple y vertical, amén de estar en un campo difícil, en un ambiente cargado de griteríos y adjetivaciones, con jueces camuflados que, en más de una ocasión, perdieron la óptica y la visión misma de la trama del espectáculo, intentando justificar lo injustificable y favorecer lo indebido. Con apoyos audiovisuales adicionales y sugerentes que se quedaron cortos y, uno que otro artefacto volador no identificado que intentó impactar en alguna humanidad, a fin de causar daño.

Aparte de aquello, en un partido cargado de emoción, tan duro como se esperaba y tan intenso como se quería, fue una oportunidad de oro -felizmente aprovechada- que motiva e inflama el ego y da pauta a la proyección en el corto y mediano plazo.

Con el pitazo final, ni aquella actitud localista del arbitraje, ni la presión de los bullicios, pudieron alterar el resultado. La tricolor, consolidó su actual posición con esta victoria, a la espera de alcanzar un nuevo triunfo -en los próximos cuatro encuentros pendientes- que nos haga vibrar de alegría, cuando concrete su paso al mundial de Catar.

En el territorio ancestral -como preámbulo del triunfo- se retomó el diálogo y primó la razón por sobre el uso de la amenaza y la fuerza, reposicionando un ambiente algo más distendido en la búsqueda de soluciones y acuerdos que den paso a una etapa de conciliación y ajustes, en varios recodos. 

Usando toda la capacidad instalada y no solo la voz de aliento, el equipo de gobierno ha abierto espacios e intercambiado opiniones, ha propuesto textos y proyectos, en aras de concretar herramientas para corregir y avanzar. 

Ha invitado a juntar esfuerzos, sin perder de mira la voluntad férrea de imponer autoridad y respeto, con apego a la ley y el orden.

Es verdad que falta mucho por hacer. El común de los mortales exige cambios desde su propio sentimiento y parecer. No obstante, hay otros temas que continúan al alcance de la mano del mandatario y se resiste a usar. Haciéndolo, daría claras muestras de renovación de cuadros y rostros “toreados” (según el argot taurino) que se han ganado desconfianza en “los tendidos” y hasta en el “burladero”.

¿Será que aguardamos que se sucedan otros astados y goles? (O)

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