Enseñanzas del pueblo Tuareg / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

 

 

Los Tuareg son un pueblo nómada repartidos en la zona del Sáhara occidental. Han vivido siempre como los «Señores del Desierto».

 

En una entrevista realizada a uno de sus pobladores de nombre Moussa Ag Assarid, se descubre una gran sabiduría que quizás por contraste con nuestra cultura occidental, constituye una enseñanza muy interesante en varios aspectos, por lo cual y por razones de espacio transcribimos sólo una parte de ella:

 

Moussa: no sé mi edad. Nací en el desierto del Sahara, sin papeles!. Nací en un campamento nómada Tuareg al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores Tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo.

 

Entrevistador: ¡Qué turbante tan hermoso!

Moussa: Es una fina tela de algodón. Permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

 

Entrevistador: Es de un azul bellísimo.

Moussa: A los Tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados.

 

Entrevistador: ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

Moussa: Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los Tuareg, es el color del mundo…. Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

 

Entrevistador: ¿Quiénes son los Tuareg?

Moussa: Tuareg significa «abandonados», porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso… Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo… Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

 

Entrevistador: ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

Moussa: Vi correr a la gente por el aeropuerto (buscando sus maletas). ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena!… También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer? me pregunté.

 

Después, en el hotel, vi el primer grifo de mi vida. Vi correr el agua y sentí ganas de llorar… porque todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua. Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso…

 

Entrevistador: Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

Moussa: Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos!. Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!… (vosotros) Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis… ¡pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco y hay ansia de poseer, frenesí, prisa… Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

Ambos entramos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor. La calma nos invade a todos… (O)

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