Endeudarse sin límite / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

En el país más endeudado del mundo no hay problema para que el gobierno adquiera más deuda. Con una deuda pública equivalente a 120% del Pib, Estados Unidos todavía puede elevar el techo de endeudamiento en 1.5 trillones de USD, con la finalidad de cubrir, entre otros pagos, los intereses de los bonos. La decisión de subir ese límite les corresponde a las dos cámaras del Congreso. El plazo para que la adopten fenece el 31 de mayo, por lo que, de no existir resolución legislativa, desde el 1 de junio el gobierno de Biden no podría pagar los intereses de todos los bonos del tesoro en poder de millones de ciudadanos estadounidenses y de fondos de jubilación, así como de gobiernos como el de China.

Tan sólida es la economía de los Estados Unidos que su moneda, el dólar, está en el 60% de las transacciones del comercio internacional, y los bonos del tesoro, que los emite, en el fondo, el mismo gobierno, se encuentran entre los más apreciados, dado que los intereses nunca se han dejado de pagar ni su valor se ha hundido, como ha ocurrido, en cambio, con los bonos basura o los emitidos por países con gobiernos inestables y finanzas públicas deterioradas.

Ecuador es un país menos endeudado que Estados Unidos. La deuda pública bordea el 40% del PIB. Sin embargo, es inconmensurablemente mayor el esfuerzo del erario nacional para pagar los intereses, no se diga el capital. La fórmula más utilizada por los gobiernos ecuatorianos para endeudarse fácilmente ha sido la emisión y venta de bonos al Iess, institución pública, aunque no estatal, atiborrada de bonos y papeles.

El endeudamiento en nuestro país está sometido a reglas macroeconómicas, por lo que le resulta al gobierno más difícil endeudarse. No es suficiente que la Asamblea eleve el techo del endeudamiento, como en Estados Unidos. Y está bien que sea así, después de las amargas experiencias pasadas de tantas crisis de la deuda. Hubo, por cierto, una ocasión en que el Banco Central fue el receptor de papeles de deuda gubernamental a cambio de la liquidez proveniente de los recursos depositados allí, pero no pertenecientes al Banco. Ese tipo de malévolas operaciones están, afortunadamente, prohibidas.

Endeudarse sin límite puede ser el camino de Estados Unidos. Pero no es el del Ecuador. (O)

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