En Aguarico promueven la medicina ancestral

Interculturalidad
Fernando Alvarado tiene su propio huerto medicinal en Sacha Ñampi. (Foto El Heraldo)

Acceder hasta el cantón Aguarico no es tan fácil que digamos. 

Desde cualquier parte del país, se debe recorrer primero por tierra hasta El Coca, capital de la provincia de Orellana y desde ahí todo es por vía fluvial por las turbulentas aguas del gran río Napo. También se lo puede hacer vía aérea, pero más facilidades hay en acceder a un bote y esperar cinco horas para arribar hasta el puerto de Tiputini, cabecera cantonal de Aguarico.

Los lugareños no llevan mascarillas y mantienen la prudente distancia. En la comunidad, les advierten que la madre naturaleza los librará del virus, respirando su aire y consumiendo los brebajes con hierbas y cortezas que obtienen de la selva.

Aguarico está en medio de dos reservas naturales considerados los más grandes pulmones naturales del mundo: La Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno y el Parque Nacional Yasuní.

El alcalde de la ciudad, Juan Carlos Orellana, dijo que la gente se ha enfermado, pero la cura la han obtenido desde la misma selva y se han recuperado en casa.

“La misma condición de vivir de manera sana y con la bendición de Dios y la Pachamama, se ha ido resolviendo el problema de la enfermedad del coronavirus. Nosotros fuimos el primer cantón que pasó a la semaforización verde, primero en cerrar el COE y en declarar una ciudad libre de mascarillas. 

Controlamos a los que vienen de afuera y, a ellos, se les indica que deben adoptar las medidas de bioseguridad”, expresó Orellana.

Aguarico es considerado por sus autoridades, una ciudad libre de habitar, pero con responsabilidad social. En las oficinas e incluso en las viviendas, a los visitantes les dan de beber porciones de chuchuguazo, que es la bebida principal. El chuchuguazo es una corteza de un árbol que se produce de manera natural en esta zona de la Amazonía y que la preparan con trago de caña. 

Algunos, como Fernando Alvarado, quien habita en la comunidad Alta Florencia, le añaden otras hierbas. Sembró un huerto con plantas medicinales para darlas a conocer al turista. Él se ha mantenido libre del virus y otros de sus conocidos, tomando el agua de siete hierbas: ajengibre, culantrillo, muku muku panda, ajo de la Amazonía, matico, verbena, albahaca y el shimbio.  (I)

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