Elegir bien es una enorme responsabilidad / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

En un escenario político marcado por la incertidumbre del contagio   y la necesidad de recuperar la economía, los ecuatorianos tendremos que acudir a las elecciones presidenciales y legislativas; ésta consabida costumbre de elegir cada cuatro años a quienes nos gobiernan cada vez se torna más apática considerando la falta de confianza del electorado hacia la clase política que ciertamente no tiene credibilidad.

Como no considerar displicente el proceso electoral si tropezamos con candidatos que se filtran sin ningún tamizaje, personajes de farándula que emplean en sus arengas falsas promesas, cuando los mas racionales sabemos que lo que buscan son objetivos personales, poder y enriquecimiento.

Como no considerar irrisorio el proceso electoral si hasta el ex presidente Correa desde Bélgica y a control remoto pretende inscribirse como candidato; pues sería bueno que venga a inscribirse personalmente para que primero rinda cuentas a la justicia. ¡Quien nada debe nada teme decía mi abuelita!

Es evidente como la ciudadanía poco informada y medianamente educada se ha equivocado al elegir sus gobernantes, nos han engatusado con asombrosas frases desde “Pan, Techo y Empleo. “Ahora le toca al Pueblo”, La Fuerza de los Pobres”, El Gobierno de Todos” ……  de todos mis panas como decía Michelena.

No obstante, no deja de ser una gran responsabilidad elegir a quienes nos representan; más allá de que el voto sea obligatorio y de las consecuentes sanciones que nos aplican por no sufragar, este 28 de febrero debe ser una elección lo suficientemente razonada y lo debidamente concientizada; las autoridades las ponemos nosotros, “los de a pie”, en tal virtud es menester informarse y estudiar a quienes pretenden conseguir nuestro voto. Evitemos a los populistas, estos nos traen propuestas mesiánicas, estos héroes de papel están prófugos, con arrestos domiciliarios y con grilletes…. exijamos propuestas serias como un Código de Trabajo apegado a la productividad, un sistema tributario racional y un gobierno que sea un buen controlador y no un mal competidor con el sistema privado.

Estas próximas elecciones pueden ser la oportunidad de elegir bien para cambiar el rumbo de este hermoso país, más ordenado y menos violento, un país con empleo, educación y cultura, un país que nos permita vivir con decencia y envejecer con dignidad. Iluso como soy pienso que sí. (O)

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