EL RUMBO DE LOS GOBIERNOS LOCALES / Paúl Viteri Albán

Columnistas, Opinión

Existen varios retos que después de las seccionales, si o si a los gobiernos locales les tocara asumir, especialmente en temas de seguridad ciudadana, una competencia que a pesar de que claramente le dispone el artículo cincuenta y cuatro, literal n) del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización, siempre tratan de evadirla o excluir, aduciendo que esta es una competencia exclusiva del gobierno “algo que por cierto no es cierto”.

Además de la seguridad, existen temas que necesitan ser atendidos por parte de los gobiernos municipales, como mejorar las condiciones de vida de los miles de mujeres que viven en sus territorios, procurando siempre la igualdad de oportunidades y condiciones, un desarrollo local sostenible, consiguiendo que este sea capaz de satisfacer la necesidad en la actualidad, sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

Es indispensable que se tomen acciones que estén encaminadas a ponerle fin a la pobreza, aunque en la mayoría de casos también dirán que no está tampoco entre sus competencias, erradicar el hambre, reducir la desigualdad, consolidar obras seguras, resilientes y sostenibles, además de convertirse en instituciones eficaces e inclusivas.

¿Pero, y como logramos esto? En primer lugar, tomando decisiones firmes, fuertes y justas, impulsando mecanismos de coordinación entre el funcionario público y el ciudadano, que al final consiga que el gobierno local se convierta en un eficiente acelerador del desarrollo; y, no más bien, en la piedra en el zapato de quien aporta desde su actividad económica o emprendimiento complicando su vida cada vez más.

No me cabe la menor duda de que, si un gobierno local logra fortalecer sus capacidades institucionales y abona al crecimiento económico de una ciudad “entendiendo por fin que la empresa privada, el comerciante u emprendedor” siempre será el mejor socio de la administración pública local, generando un ambiente que materialice una igualdad de derechos y oportunidades cualquier administración tendrá éxito.

Absolutamente, nada de lo hagan solos y por sí mismos dará resultado, si no se cuenta con la participación de la ciudadanía y demás actores, si no se incentiva la participación del ciudadano en la toma de decisiones, pero sobre todo si no se entiende que el fortalecimiento institucional pasa porque exista una clara apropiación de los objetivos entre el gobierno local y el ciudadano, cuidando que en dicha conjunción de objetivos se cuide de “no dejar a nadie atrás”, cuidando también que las decisiones que se tomen en su momento sean, firmes pero al mismo tiempo definan el rumbo de lo global “todos los ciudadanos” y no solo de su grupo de panas u seguidores.

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