El precio del servicio / John Tello Jara

Columnistas, Opinión


Ocurre con frecuencia en nuestro hogar y/o empresa, un momento determinado tenemos humedad en las paredes, goteo por una cañería, el parqué sufre daños, se rompe uno o dos vidrios, no calienta el calefón, vemos que filtra el agua, etc. Cada uno de los casos es muy particular y demandamos un profesional para que nos ayude a solucionar estos problemas, primero acudimos a recomendados con nuestros amigos y vecinos, caso contrario debemos buscarlos en redes sociales.

Sabemos el problema, pero no existe una tabla o metodología de pago para estas personas, por lo tanto, para evitar inconvenientes al establecer el valor del trabajo y que ninguna de las partes salga perjudicada, es necesario consultarles, el tiempo de trabajo que llevan realizando dicha actividad a fin de medir el grado de experiencia.

Investigar si los conocimientos adquiridos los obtuvo en alguna institución o si lo hizo de manera empírica permitirá su aval para realizar el trabajo, además el profesional deberá acreditar cursos o seminarios de actualización, lo cual garantizará su labor; es menester que el técnico nos explique las causas que originaron el problema y como evitarlos en lo posterior y la forma como se va a solucionar, el tiempo requerido, si lo va a llevar a cabo con otros trabajadores o solo él.

Los materiales e insumos a utilizar forman un componente básico del costo de producción y es ahí cuando debemos observar analíticamente el uso de tal o cual materia prima, recordando la frase “lo barato sale caro”, es recomendable utilizar elementos de alta calidad, para evitar que el daño solo sea un paliativo momentáneo y no “eterno”.

A veces destinamos un presupuesto para arreglar los problemas descritos y el artesano debe ajustarse a ese valor, pero las consecuencias pueden ser negativas ya que los arreglos solo durarán unos días y volverá el problema, lo que genera mala imagen del profesional.

El presupuesto de parte de la competencia será importante para tomar la decisión final, por lo cual es necesario contar con dos o tres ofertas para el trabajo requerido. (O)

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