El Hábeas Corpus / HERNAN MARCELO GUERRERO

Columnistas, Opinión

En estos días se ha hablado mucho del Hábeas Corpus, vamos a explicar brevemente esta norma jurídica de que se trata: El Habeas Corpus en el Ecuador es una de las garantías constitucionales para la protección de los derechos de las personas; es un derecho y una garantía a la vez, ya que, nuestro país es un “Estado constitucional de derechos y justicia”, esta norma aparece por primera vez en Ecuador, en la Constitución de 1929. Originalmente, fue creado para proteger la libertad. Luego la vida y la integridad personal, más otros derechos conexos. Tomando en cuenta lo dicho, la Corte Constitucional ha señalado que el HC protege a los privados de libertad (PPL), en dos circunstancias: (1) frente a la detención ilegal, arbitraria o ilegítima; y, (2) cuando la persona está privada de libertad de forma legal y legítima, pero las violaciones se producen por las condiciones de dicha privación de libertad.

Ejemplos de la circunstancia que se conoció casos de tratos crueles, aislamiento, abuso y violación sexual. Son estas razones por las que la Corte reconoció la posibilidad de presentar un HC correctivo. Esto es, para corregir las condiciones en la privación de libertad. Por otro lado, sobre el derecho a la salud de los PPL, contiene parámetros claros. en esta decisión que la Corte conoció casos de PPL con cáncer y enfermedad renal crónica. El alto tribunal ordenó que la atención médica debe darse en coordinación con el Ministerio de Salud para que el PPL reciba atención en el centro de privación de libertad y, si no es posible, fuera del mismo con resguardo de la fuerza pública. Solo si en  ninguno de los dos escenarios se puede cumplir, el juez ordenará medidas alternativas para que la persona pueda acceder a la salud. La aplicación de estos criterios es responsabilidad de abogados y jueces. El abuso de la garantía no recae en la Corte.

Están corriendo comentarios en radio, minutos de televisión y espacios en redes sociales, sobre el hábeas corpus concedido por un juez de Manglar Alto a favor del ex vicepresidente de la República condenado por corrupción. Hasta para un lego el fallo luce totalmente ilegal, aparte de que su tramitación fue totalmente manoseada para conseguir el propósito logrado. Todo lo que han dicho autoridades y juristas consultados al respecto es cierto: este hábeas corpus huele a corrupción y podredumbre. Puede ser que en apelación, la Función Judicial trate de lavar la cara de la justicia de este país y revierta el fallo, pero aunque lo haga –algo que el país necesita– ya es tarde, pues el daño está hecho. La administración de justicia una vez más tocó fondo, aunque al tratarla en plural paguen justos por pecadores. Se supone que las leyes y la justicia tienen como finalidad buscar la paz social, pero ésta ha sido quebrantada de forma irreparable, ya que el único beneficiado aquí no es un reo liberado, ahora saben de primera mano que hagan lo que hagan pueden salir impunes e irse a su casa, seguidos en caravanas como héroes,  porque en un juzgado a 400 kilómetros de la jurisdicción que debió conocer el caso, se dejó establecido por escrito y en sentencia que en este país no existe ni Dios ni ley. 

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