El “Gobierno del Encuentro” y sus intereses extractivistas / Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión

La conservación de la biodiversidad es un tema que ha cobrado relevancia en la agenda mundial. Hoy más que nunca, es de imperiosa necesidad ejecutar políticas y acciones que conserven la vida de millones de especies vegetales y animales de la Tierra.

La Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IBPES, por sus siglas en inglés), señaló en un reporte de 2019 que al menos un millón de especies están amenazadas de extinción a escala mundial. En el caso del Ecuador, esta cifra adquiere gran importancia debido a que nuestro país es uno de los 17 más megadiversos del planeta.

Ecuador tiene más de 60 áreas protegidas dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ministerio del Ambiente. La superficie equivale a 20% del territorio, sin embargo, hay muchas zonas que quedan sin protección de las actividades extractivas (petroleras, madereras y mineras).

La Constitución prohíbe la extracción de minerales en centros urbanos, áreas intangibles y protegidas. Estas zonas representan el 57,5% del país. El 7,5% ya se encuentra concesionado a empresas mineras, mientras que el 35% restante podría aún ser concesionado.

Las mayores amenazas a la conservación de la biodiversidad en el caso minero son dos. La primera es la fragmentación de hábitats, que es la deforestación como consecuencia de la apertura de caminos y tala de árboles para construir las minas.

En segundo lugar, está la contaminación por el uso de metales pesados como el cianuro y el mercurio en el proceso extractivo, muy contaminantes para los suelos y el agua. Esto sucede a pesar de que el gobierno y las empresas y gremios mineros argumentan que sí es posible llevar a cabo una minería social y ambientalmente “responsable”.

Las experiencias pasadas en Zaruma, Portovelo y Nambija son el ejemplo de que esta actividad no ha sido llevada a cabo de manera adecuada. Después de lo expuesto ¿Piensa usted, estimado lector, que la conservación de la biodiversidad y la minería son compatibles?

Hay que cuestionar cuál será el eje de acción de Gustavo Manrique, ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, que en sus últimas entrevistas ha demostrado tener posturas abiertamente favorables al extractivismo. Para Manrique y el “Gobierno del Encuentro”, la naturaleza es una simple bodega de donde se sacan los recursos para tener el estilo de vida que queramos.

No me queda duda de que a Manrique le gusta una vida llena de lujos, alejada de la conservación ambiental (no utilizo el término sostenibilidad porque es inútil) y que además hará del debilitado Ministerio del Ambiente una cartera servil a los intereses de la explotación de minerales, petróleo, madera y recursos pesqueros. Esto último porque a Manrique le preocupa que sus amigos pesqueros no tengan cómo devastar la Reserva Marina de Galápagos. Este es un triste panorama para la conservación ambiental.

Guillermo ¿Y tu compromiso con Frente Al Ambiente de frenar la explotación petrolera y minera? Seguro que está en el tacho de basura de la historia, al igual que tu ofrecimiento de vender el avión presidencial que te llevó a Miami a una actividad no oficial. (O)

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