El fanatismo también es corrupción / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



Usted me va a disculpar, pero hoy, como en muchas otras ocasiones, debo volver a hablar de corrupción, es que se han llevado y se siguen llevando el país en peso, y lo menos que podemos hacer los ciudadanos honestos -en vista a que poco o nada hacen los entes gubernamentales encargados- es atacarla con indignación y repudio por los canales que nos correspondan.

Corrupción no solo es robarle al Estado o, en complicidad permitir que lo hagan, corrupción, por si no fuera suficiente, también es callar, manipular y tapar lo que se tiene que decir, más si ese silencio cómplice viene de periodistas que tenemos la obligación ética de procurar objetividad.

En estos días circula un audio en redes sociales titulado “Gobierno de Moreno ahora sufre síndrome de ‘proteger al chantajista’” que no es sino una opinión del periodista Francisco Herrera Arauz, director de ecuadorinmediato.com, en el que, en resumen, critica duramente al gobierno de Moreno por su presunta vinculación en la entrega de hospitales y otras prebendas a asambleístas a cambio de gobernabilidad. Lo hace, desde mi punto de vista, con sobra de razón apuntando a una falta de integridad y honestidad de parte del presidente Lenín Moreno y su gobierno.

Lo que Herrera no dice, ni ha dicho en sus frecuentes comentarios, es que el expresidente Rafael Correa, al que Herrera defiende con uñas y dientes, hizo exactamente lo mismo y aún cosas peores, como -por ejemplo- la extorsión (léase ‘chantaje’ como él lo llama) a contratistas del Estado para financiar sus campañas electorales mediante el ‘reparto’ de contratos. Repito, el callar o tratar de negar lo innegable también es corrupción. Es más, Herrera en el audio de marras hace suya una frase acuñada por el correísmo en contra de Moreno cuando recita a viva voz: “el peor gobierno de la historia” evidenciando abiertamente su afinidad política y olvidando por completo -cuando les conviene- las incesantes amenazas del mismo Correa a la prensa de no convertirse en actores políticos.

A renglón seguido, Herrera tilda a Pablo Celi como “el peor contralor más indecente de la historia”, pero curiosamente no dice lo mismo de su antecesor Carlos Pólit (contralor durante los diez años de Correa y ahora prófugo de la justicia) de quien seguramente tendrá cualquier criterio menos el ya otorgado a Celi.

Es entendible ser apasionado, equivocarse e incluso no ser del todo objetivos cuando se obra de buena fe, lo que no está bien es pretender orientar la opinión con un sesgo cargado de fanatismo, porque eso definitivamente también es corrupción. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

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