El dilema Correa

Editoriales

Editorial

Políticamente hablando, la llegada del expresidente Correa probablemente sea lo más interesante que ha pasado en estos meses. Llega en plena pugna interna dentro de su partido y precisamente cuando inicia el juicio penal al vicepresidente Glas.

El control del partido pende del hermano del actual Fiscal General de la Nación, que preside el Tribunal Contencioso Electoral y que también fue un cercano colaborador de Correa en el periodo anterior.

No hay escenario más interesante que este. Vienen también las convenciones en Esmeraldas de AP, donde Correa espera estar presente, y las últimas resoluciones dadas por la otra directiva en Guayaquil que desconoció a los correístas duros.

No deja de ser curioso, sin embargo, preguntarse cómo será ese encuentro entre excorreístas a muerte (hoy morenistas a muerte) con quien fue su máximo líder, casi su dueño y su hacedor absoluto.

Correa auspició y sacó de la nada a hoy políticos y funcionarios que por sus propios méritos y competencias no hubieran podido en su vida ni ser presidentes ni del condominio donde viven. A sujetos que por sí mismos no tendrían ni los votos completos de su familia.

¿Ya olvidamos que todos querían una foto abrazándolo a su lado en cada elección? ¿Con qué cara le verán cuando le encuentren?