EL AMOR UN MITO O UNA REALIDAD / Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

Al parecer el amor en el presente siglo se debate entre varios factores que lo determinan como un mito, ficción, fábula o una realidad neuronal que se agota.

Para muchos el amor es algo mágico, fantástico e inexplicable. Es común escuchar que el amor es sentir “aleteos en el estómago, mariposas”, es tener “sentimientos excepcionales de felicidad extrema y a veces inefables indescriptibles” o hablan de “haber encontrado su alma gemela”.

Se plantean teorías en la sociología que intentan explicar el amor:

El llamado amor dicen los  expertos que es parte de una relación social, ente la cual hay que estar preparados y listos para apuntarse en las entrañas de esta ficción neuronal.

Muchas personas en su proceso de desarrollo han sentido que no estás listas para el cupido, por la influencia de la familia, que son quienes al estilo edad media siguen escogiendo la relación amorosa que “les conviene a sus familiares”; la relación amorosa social se ve influenciada por  las normas, las instituciones, las reglas, los recursos económicos y las condiciones, ya sea porque no tienes dinero o porque tu entorno no te lo permite por convencionalismos que no son adecuadamente asimilados.

Si es así, existe una corriente sociológica denominada estructuralista, y a través de ella, podemos explicar cómo influyen las normas, las instituciones, las reglas, los recursos y las condiciones que obstaculizan que dos, tres o más individuos se relacionen amorosamente.

En una sociedad de consumo, en una sociedad con tintes medievales, el amor pasa de ser una realidad a un mito, pasa de ser un sentimiento a un oportunismo, pasa de ser de un acto sublime a un mito mal construido entre los intereses personales y personalísimos; en una sociedad de consumo nos terminamos preguntando si el amor es un mito o una realidad.

Cada vez hay menos personas que creen en el amor y más personas que viven la vida todo fresh y al servicio de los más bajos intereses de una sociedad mediocre, consumista y malagradecida.

El amor, a pesar de ser un fenómeno neuronal y biológico, también es un fenómeno social. En ese sentido, los sociólogos en general estarían de acuerdo en que la sociedad determina el amor como sentimiento, rito y comunicación. Las diferencias estarían en los grados de determinación.

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