El Alzheimer y el impacto psicosocial en la convivencia familiar / Aracely Silva Cadmen

Columnistas, Opinión


Partiremos de que el Alzheimer es un tipo de lesión cerebral orgánica frecuente  que puede aparecer a partir de los 65 años, originando  cambios en la conducta y en la personalidad con una progresiva pérdida de memoria así como de la capacidad verbal.

Uno de los primeros signos de la enfermedad son los olvidos, deterioro de la memoria  a corto plazo y recuerdo de los acontecimientos recientes, con el progreso de la  enfermedad, la pérdida de memoria se hace más intensa y se deterioran el lenguaje, la comprensión y la capacidad de reconocimiento de la persona.   Un paciente afectado por esta enfermedad no puede seguir cumpliendo con responsabilidades que estaban a su cargo, por ello la familia deberá redistribuir estas funciones como: aportar y administrar la economía del hogar, organización en la limpieza,  trabajo,  entre otras.

Cuando  dentro del círculo familiar uno de sus miembros enferma de Alzheimer,  por lo general toda la familia se verá afectada y padecerá esta dolencia así, como  la aparición de conflictos  en relación con su  atención y cuidado. Con mayor frecuencia los hijos son los cuidadores principales,  pero cuando sus padres presentan una enfermedad como ésta, ocasiona la pérdida de estabilidad y seguridad al tener que asumir una posición de autoridad y tomar decisiones.

Pondré en  consideración algunos parámetros que pueden ayudar  en el tratamiento para   mantener destrezas y capacidades durante un mayor tiempo.

 La técnica más sencilla es realizar preguntas básicas para mejorar la orientación en tres sentidos: temporal, espacial y personal,  al igual que  trabajar en tareas aplicables a su vida diaria.

Para optimizar la capacidad verbal del paciente debe trabajarse tanto en el lenguaje oral como escrito.

Se debe ejercitar la percepción y reconocimiento tanto de formas como de características físicas de personas y objetos, de forma visual, táctil y auditiva.

Es muy importante que  la familia se informe de manera continua sobre la evolución de esta enfermedad y busque ayuda profesional  oportuna;   recordemos que el afecto  es la mejor herramienta terapéutica con la que contamos los seres humanos. (O)


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