EDITORIAL / VÍAS CONVERTIDAS EN MERCADOS

Editorial, Opinión

El tráfico vehicular en el centro de Ambato, es cada vez más caótico, esto por consecuencia del constante cierre o invasión del espacio público, en las principales arterias céntricas de la ciudad, convirtiendo a estas en un símil de mercados o plazas populares; y, sobre todo a vista y paciencia de las autoridades de tránsito, gobiernos locales, además de las autoridades que figuran como representantes del gobierno central.

En realidad, da miedo que llegue un “día de feria”, porque para quienes circulamos en vehículos o a pie por el centro de la ciudad, se convierte en un suplicio tener que esquivar transeúntes que intempestivamente, se ven obligados a bajar de la acera, para sortear la descomunal cantidad de puestos de venta que por lo general ocupan toda la vereda o al carrito de venta que es empujado por alguien ofertando sus productos. 

Por lo visto, la red de mercados se ha visto sobrepasada por los descritos problemas urbanos, en especial a consecuencia del comercio informal, el desorden y la inseguridad que este provoca, claro, esto mientras nuestras autoridades realizan ilógicas inversiones en el casco urbano, sin antes por lo menos haber tratado de cambiar este lamentable escenario.

La informalidad, en definitiva se ha tomado todos los espacios del centro de la ciudad, especialmente alrededor de los mercados Central, Modelo, Urbina y Primero de Mayo, además de parques como el Cevallos, 12 de Noviembre y Montalvo, mientras vías como la avenida Cevallos, avenida 12 de Noviembre, Calle Bolívar y la infaltable Tomás Sevilla que de plano es un mercado lineal, en donde calles y aceras son ocupadas por los comerciantes informales, impidiendo la normal circulación durante varias horas; y, por consiguiente afectando el normal funcionamiento de los mercados, donde se evidencia la ausencia o poca afluencia de clientes. 

Ahora, tenemos una administración que pronto terminara; y, que sobre esta problemática no hizo absolutamente nada, además de una ciudad a merced de la inseguridad, sin dejar de lado el desorden y las obras de último momento “como tratando de suponer un trabajo que jamás existió”, porque si de algo estoy completamente seguro, es que “la mejor administración, no es la que más aparenta, sino la que menos complica la vida de la gente”, algo que jamás entendieron ni entenderán.

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