Popularidad de la nueva Asamblea Nacional / Editorial

Editorial

A pesar de haber existido históricamente legisladores muy populares, el Legislativo ecuatoriano siempre ha tenido niveles bajos de aceptación. El antiguo Congreso Nacional y la actual Asamblea Nacional se han ubicado, incluso, por debajo de los números de los presidentes del Ecuador más impopulares.

Los analistas políticos han determinado que la baja aceptación del Legislativo, como poder del Estado ecuatoriano, se debe a que la ciudadanía le adjudica todos los perjuicios del País y ningún beneficio directo. Al ser el órgano encargado de la aprobación de leyes, esta constantemente discutiendo sobre el incremento de tributos y aprobando nuevas restricciones a la libertad individual.

Varias encuestadoras han medido la aceptación de la actual Asamblea Nacional, ubicándola aproximadamente en el 2%. La popularidad actual del Legislativo, de ser cierta la información ventilada por varias encuestadoras, es sorprendente.

Desde el 2017, año en el que inició del periodo legislativo, ha habido varios escándalos que han involucrado a asambleístas de distintas bancadas. Se destituyó a un Presidente de la Asamblea por un audio comprometedor, se iniciaron procesos judiciales en contra de varios asambleístas por delitos penales, se separó de sus curules a otros por el cobro de diezmos. En definitiva, han existido razones para que la aceptación de la Asamblea Nacional sea tan baja. Los legisladores electos el pasado 7 de febrero tienen el reto de mejorar la popularidad del Legislativo ecuatoriano.  (O)

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