EDITORIAL /¿El fin justifica los medios?
El Presidente de El Salvador Nayib Bukele ha hecho noticia a nivel mundial por la apertura oficial de la mega prisión denominada Centro de Confinamiento del Terrorismo, prisión que fue construida en el tiempo record de nueve meses y que albergará a más de 50 mil reclusos.
Ante los estragos causados por las pandillas de delincuentes denominados los maras salva truchas el Presidente Bukele tomó la decisión de enfrentar con dureza al crimen organizado, declaró estado de emergencia y a través de procedimientos de excepción arrestó en menos de dos años a cerca de 50 mil pandilleros a los que los denominan terroristas.
La mega prisión está considerada como una de las más grades, modernas y más seguras del mundo, y es el elemento central en el plan de lucha contra las pandillas y la delincuencia organizada que azota a El Salvador desde hace más de una década. Sus ocupantes pasaran décadas en su interior sin ningún tipo de contacto con el exterior, deberán trabajar en talleres y sus familias deberán comprar la comida, los útiles de aseo y las medicinas.
Evidentemente una medida tan radical de lucha contra la delincuencia no está libre de críticas, especialmente de organismos de derechos humanos, que señalan en este accionar del Presidente Bukele un atropello a los más elementales derechos de las personas, como son la presunción de inocencia, el derecho a la defensa y a un proceso justo. Inclusive se ha llegado a comparar la mega prisión con un campo de concentración.
Ante las críticas el Presidente Bukele se defiende con datos, la disminución en más del 80 por ciento de los crímenes en el último año. La pregunta aquí es: ¿el fin justifica los medios?