Educación con diálogo / Editorial

Editorial


    En la actualidad, los derechos de los niños y adolescentes, se han endurecido al punto que existen ciertas denuncias de maltrato físico y verbal, por parte de jóvenes, ya que no les gusta la manera en cómo los padres los educan y reprenden.

    Si bien es cierto que la educación que enseña tanto el papá como la mamá debe ser respetada por gente externa a los núcleos familiares, en estas épocas el modo de educar a los hijos está basado en el diálogo y ya no se llega como en décadas pasadas al uso del correazo o el cabestro, algo que ha cambiado con el paso del tiempo.

   La modalidad de reprender a los hijos cuando han hecho algo malo debe ser guiada con consejos y experiencias para que el vástago aprenda a recapacitar de una manera diferente, ya que el uso de la fuerza no es la solución; en ciertas ocasiones, se crean resentimientos, traumas psicológicos y conflictos entre los padres. No obstante, cada núcleo familiar debe ser respetado en la manera en cómo educan a los primogénitos.

    Lo más importante, sin la necesidad de recurrir al uso de la fuerza física, a niños y jóvenes se los debe hablar con dureza, recalcando los valores que deben seguir para no caer en situaciones que generen tensión entre los padres de familia, algo que se suele dar por la falta de comunicación.

   La edad, muchas veces, hace que los adolescentes tengan conceptos equivocados de la vida, creyendo que saben más que los padres, algo que no es así; por ende, los jóvenes deben aprender a escuchar a los mayores, ya que más sabe el diablo por viejo que por diablo.  (O)

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