ECONOMIA DEBE CRECER CON INVERSION / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Sin duda la inversión extranjera directa (inversión a largo plazo) es clave para motivar el crecimiento de una economía, porque aumenta su capacidad productiva y porque genera empleo y reduce la pobreza. Así de simple.

De acuerdo con cifras oficiales la economía ecuatoriana creció 2,7% en el 2022; este crecimiento debió haber sido mayor, de no ser por un año de guerra (Rusia – Ucrania) que afectó a todas las economías por el descenso de los precios del petróleo y la escalada de precios de materias primas; y por el paro generado por la Conaie que significó 1.115 millones de pérdidas para el país.

El crecimiento experimentado por nuestro país está sustentado en el regular desempeño del sector externo y en el consumo de los hogares ecuatorianos; consumo que está ligado a las remesas recibidas del exterior (superan los 4 mil millones); adicional se debe considerar la motivación al consumo que ha realizado el gobierno, disminuyendo el impuesto al IVA en los feriados.

No obstante de que el consumo es importante para impulsar la producción, lo es mucho más la inversión extranjera directa, porque ésta genera empleo, evitando con ello la salida de compatriotas al exterior, dejando a la intemperie a niños y a jóvenes que también demandan de trabajo formal y adecuado.

El nivel de inversión en el país no alcanza (en el tercer trimestre del 2022 apenas fue de 51,3 millones de usd); Ecuador aún no tiene una estrategia que apunte a la atracción de inversiones. Las buenas intenciones que tuvo el gobierno a través de la ley de inversiones era una herramienta vital para motivar un entorno favorable; sin embargo, la politiquería enquistada en la Asamblea Nacional dio al traste con tan importante proyecto de estimulación a las inversiones. Adicional los amigos de la Conaie exigen más subsidios y menos inversión particularmente en petróleo y minería.

La conclusión es decisiva: No hay empleo sin inversión, por tanto, es imperativo priorizar la inversión; sin embargo, la miopía de la clase política no le permite tener conciencia al respecto.

Se me viene a la mente la célebre frase de Albert Einstein “Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Si la Asamblea Nacional continúa negando los proyectos de ley del ejecutivo para estimular las inversiones; y si la Conaie continúa exigiendo subsidios, difícilmente el 2023 experimentaremos un mejor crecimiento, en un año en que se prevé (según el Banco Mundial) una desaceleración de las economías más grandes como Estados Unidos y China  por amenazas derivadas por un repunte del COVID – 19 y las presiones inflacionarias provocadas por el incremento de los precios de los alimentos y la energía, provocadas por la Guerra entre Putin y  el noble pueblo de Ucrania. Sin duda esto tiene un efecto directo en una “Economía en vías de desarrollo” como la nuestra.

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