¿Deben protegernos o debemos protegernos? / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión



Después de algo más de setenta días, el país ha iniciado su vuelta a una nueva normalidad. Las diversas razones que motivaron tal decisión por parte de las autoridades nacionales y locales nos llevan a enfrentarnos a una realidad bastante compleja pero necesaria, pues todo debe volver a funcionar.

En este contexto hay algunas variables que deben encajar de la mejor forma para evitar nuevos brotes del virus. Por una parte, están las disposiciones gubernamentales que enmarcan las acciones que todos los ciudadanos debemos cumplir de manera estricta y por otra, aquello que se ha establecido para cada localidad.

Todo esto está bien porque es lo que corresponde, pero hay que tener cuidado de caer en la idea equivocada de que la protección externa será la que nos salve, pensando que, por el simple hecho de ponernos mascarillas en el rostro y geles hidroalcohólicos en nuestras manos, las cosas se solucionarán.

La verdad es que no necesariamente será así, pues el uso de las mascarillas durante varias horas genera incomodidades que hace que la gente se las saque una y otra vez dejando sin mayor efecto la medida.

En cuanto a los geles, es bien sabido que su utilización continuada termina por debilitar la primera defensa de inmunidad natural de nuestro cuerpo, conformada por las bacterias y la película de lípidos de nuestra piel, lo cual constituye una protección contra los virus.

A ello se suma una solución que también vendrá de afuera: la vacuna contra el Covid-19. Lamentablemente este tema es sumamente complejo no sólo desde el punto de vista científico sino por los enormes y ocultos intereses económicos que nos llevan a desconfiar de las verdaderas intenciones detrás de su aplicación universal.

En todo caso, por principio nos parece que no podemos dejar en manos externas lo que en realidad es una responsabilidad individual. L salud personal es un compromiso consigo mismo y con los demás.

Estamos hablando de que todos tenemos la posibilidad de fortalecer de manera natural nuestro sistema inmunológico, lo cual ciertamente no evitará la propagación del virus, pero si robustecerá nuestras defensas contra él y, por tanto, reducirá la proporción de casos graves.

Lo primero que debemos hacer en ese sentido es mantener una dieta saludable, alejada de la comida chatarra que destruye las defensas inmunes. Una rutina diaria de ejercicios dará dinamismo a nuestras actividades, mejorando la respiración y evitando el contagio.

Sostener especialmente en la adversidad nuestro ánimo en alto, volver a reírse de las cosas simples de la vida y hasta de uno mismo, nos ayudará a estar más saludables.

Buscar la compañía de personas de bien, de la buena música y un buen libro, son recomendaciones para una vida equilibrada y que nos aleja de cualquier enfermedad. Al volver nuestra mirada a la naturaleza y su armonía, recordaremos que simplemente somos parte de ella.

Es así como, deberíamos protegernos en lugar de esperar que alguien lo haga por nosotros. (O)

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