Costo de morir en tiempo de pandemia

Ciudad

En los cementerios los nichos oscilan entre 170  hasta 1.300 dólares. (Foto El Heraldo)

“Un día nos buscaron para que vayamos al cementerio de Techo Propio a cavar cinco tumbas, pero dijimos que no porque arriesgamos nuestras vidas. Un maquinista ya murió en la zona de Huachi porque se contagió en el cementerio y no queremos tener la misma suerte”, expresó Ángel Anaguana, uno de los 14 integrantes de la agrupación de maquinarias pesadas que se ubican en el norte de la ciudad.

Otro de los maquinistas, Alberto Anaguana contó que normalmente cobran 30 dólares ese trabajo, pero en esta emergencia algunos maquinistas han pactado hasta 200 dólares por el riesgo que deben asumir.

El administrador de los cementerios municipales, Andrés Espín, mencionó que solo el de Techo Propio cuenta todavía con espacio en tierra y unos 20 nichos. Antes de la emergencia sanitaria daban las facilidades con personal de Obras Públicas. “Pero ahora solo podemos dar la dirección técnica porque el personal de Obras Públicas está contagiado. Al momento que la persona necesita un espacio que es gratis, debe traer el contrato de operación de la maquina porque manipular a mano es riesgoso por la tierra”, mencionó el administrador.

La otra opción para quienes pierden a sus seres queridos es adquirir un nicho en los diferentes cementerios de la ciudad que todavía hay disponibles, tanto de la Administración Diocesana, municipal, de las parroquias y los privados, pero los precios varían entre 170 hasta 1.300 dólares. A esto se suma el valor del servicio fúnebre que ofertan cofres desde 300 a 900 dólares, aseguró el presidente de la Asociación de Funerarias de Tungurahua, José Quispe.

Espín aseguró que de los tres camposantos municipales La Merced, Atocha y Techo Propio, solo en el último hay nichos disponibles para el público. Todavía existen alrededor de 20 y el costo es de 170,72 dólares. Hay un proyecto para la construcción de otros más.

Otro de los inconvenientes que han tenido personal funerario, es que en determinadas parroquias no quieren aceptar muertos que no sean del mismo lugar y eso esperan que las autoridades coordinen con los representantes de los sectores.

De su parte, el párroco Edison Paredes, enfatizó que, por ejemplo, en Izamba es mentira que hayan negado la sepultura de personas que no sean de la parroquia. A su vez, aseguró que tienen el debido espacio en bóvedas. “Desde el 2008 no hay espacio en tierra. Se tienen unos cien nichos disponibles y se siguen construyendo otros. No he prohibido que vengan de otros lados, pero la prioridad es para los de Izamba.

El costo de cada bóveda es de 400 dólares. Hay un espacio destinado para quienes han muerto por Covid-19 o sospechas. Desde el inicio de la emergencia sanitaria se han sepultado 20 muertos por diferentes causas”, expresó el párroco. (I)

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