COMPLEJO DE ENTENDER 

Columnistas

Entender el tiempo y el espacio es harto difícil, sino imposible. A la luz del concretismo académico máximo podremos acercarnos a conceptualizarlos de forma abstracta y somera, porque, tal como lo confirmaremos más adelante, cada nuevo entendimiento, cada nuevo avance y descubrimiento en torno a ellos, no hará sino abrir nuevas y más intrincadas interrogantes imposibles de comprenderlas. Aludo en esta ocasión a la escala de Planck. 

Vimos ya tiempo atrás -valga la directa referencia- que el tiempo no es lineal, sino “granulado” si cabe el término, es decir, que es como infinitos gránulos llamados quantos -de ahí lo de física cuántica- en donde el tiempo «salta de un gránulo a otro”. Exactamente lo mismo ocurre con el espacio, en donde también interviene la granulación cuántica. En los dos casos, los efectos de la física cuántica se manifiestan a través de estas subpartículas con extrañísimos comportamientos. 

Y para confirmarlo se utiliza la escala de Planck que es el tiempo y el espacio calculados a la mínima expresión en una reducidísima escala que ni siquiera podemos intuirla. Esa escala en el tiempo de Planck es una cienmilésima de millonésima de millonésima de millonésima de millonésima de segundo. Para hacernos una idea, imagine dividir un segundo en un billón (con b) de partes, luego cada una de esas partes en otro billón, y así sucesivamente 44 veces; de locos, ¿no? Y en cuanto al espacio, igual, la escala de la longitud de Planck es una millonésima de milmillonésima de milmillonésima de milmillonésima de milímetro, uffff, hágase la idea de dividir un milímetro en un billón (con b) de partes, luego cada una de esas partes en otro billón, y así sucesivamente 35 veces, en proporción, sería como si un átomo fuera del tamaño de la Tierra y la longitud de Planck mucho más pequeña que un grano de arena. 

Allí, por debajo de este intervalo de tiempo y de espacio, la noción de cada uno de estos desaparece y la física cuántica hace su magia. En otras palabras, mientras exista ese mínimo intervalo en la escala de Planck, tiempo y espacio existen, pero una vez que lo traspasan ya no. ¿Ve por qué es tan complejo de entender? 

Pero si esto le pareció difícil de asimilar, lo cual es entendible dado lo bizarro del tema, en verdad no es nada comparado con algo mucho más cercano y palpable de nuestro entorno diario como es el respaldo de una parte del electorado a la clase narcopolítica en el Ecuador, más aún cuando se ha confirmado infinidad de casos de corrupción en su contra y ha evidenciado sus íntimas relaciones con el narcotráfico nacional e internacional. Dígame usted si acaso este sinsentido no es más incomprensible, inentendible y complejo de entender que la mismísima escala de Planck. 

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