Centros de diversión en situación complicada

La preocupación se apodera diariamente de los propietarios de licoreras, discotecas, bares y karaokes. Todos deben pagar arriendos, empleados y servicios básicos de los locales dónde se ofrece dicha distracción.
Sin embargo, el temor económico aumenta, más ahora con la disposición de mantener suspendidos eventos o encuentros que concentren a decenas de personas en un solo espacio.
Las penurias son permanentes para Roberto Sánchez, propietario de un bar en el sector La Yahuira. Al igual que él, hay muchos amigos que se han unido para solicitar tiempo a los arrendatarios y ayudantes.
“No tenemos dinero para pagar y solo pedimos que nos esperen. Lo que tenemos lo estamos ofreciendo a través de internet, pero solo bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Ahora estamos entre la espada y la pared”, dijo.
El sector La Yahuira posee aproximadamente 45 locales de diversión nocturna y el 90% son espacios arrendados. Desde el 15 de marzo permanecen cerrados por disposición del Gobierno Nacional frente a la emergencia sanitaria.
“Apenas nos enteramos que iba a pasar la cuarentena, tratamos de dialogar con las autoridades, pero no hemos recibido alguna respuesta. Conocemos que el Gobierno aseguró que no pueden desalojarnos, pero luego que esto pase debemos cancelar, pero no debemos solo del arriendo, sino también a los proveedores”, expresó Miguel Toapanta, propietario de licorera.
La propietaria de un inmueble en la zona, Carmen Salazar, comentó que tiene dos locales arrendados y sirven como bares. “Comprendo la situación, pero hay algunos propietarios que vivimos de los arriendos. Solo esperemos que esto pase y regresemos a la normalidad, siendo más humanos y solidarios”, comentó.
“No hemos tenido ninguna respuesta a los pedidos. Hemos enviado oficios a la Gobernación de Tungurahua indicando las necesidades, pero no recibimos atención. Nuestro deber como ciudadanos no es solo de pedir, sino de cumplir. Lo que pretendemos es que se congelen los arriendos hasta que pase la situación, ya que las inversiones son altas que superan los 15, 20 y hasta 55 mil dólares. Una cosa es vender diversión y otra es vender alcohol. Nuestros negocios se fueron a la quiebra desde febrero, fecha en que se ejecutó la Fiesta de la Fruta y de las Flores (FFF). La renta que cancelo es de mil dólares, tomando en cuenta que aún se debe de octubre, fecha en que se realizó el paro nacional”, comentó Juan Carlos Cobo, representante de los centros de diversión del centro de la ciudad.
Agregó que los contratos de arriendo son notarizados y legalizados en el Municipio de Ambato y esto les obliga a cancelar impuestos. (I)