Capacidad de asombro

Columnistas, Opinión

Difícil, tal vez imposible, no desayunar a diario sin recibir noticias más o menos parecidas: siniestros de tránsito, secuestros, allanamientos, nuevos implicados en corrupción, desastres naturales o más podredumbre salpicando las instituciones públicas. Con todo, cuando parece no existir algo novedoso, no dejan de aflorar hechos inéditos. 

Con cierta razón, el escritor noruego Jostein Gaarder, en su obra más conocida: El mundo de Sofía, dice que, para convertirse en buenos filósofos, lo único necesario es la capacidad de asombro. En el caso de aceptar esta afirmación como premisa verdadera, el Ecuador contaría con tantos filósofos como ciudadanos existen. No perdemos nuestra capacidad de asombrarnos con lo que sucede a diario. 

En plena celebración del día del amor y la amistad de este año, el Consejo Nacional Electoral (CNE) definió el calendario para la consulta popular y referéndum impulsados el poder Ejecutivo. El camino comenzó el 23 de febrero, con la convocatoria oficial; el 28 del mismo mes se llevó a cabo la inscripción de las organizaciones sociales y políticas que participarán en la campaña a favor o en contra de las preguntas; el 7 de marzo iniciará la campaña electoral, que se extenderá hasta el 18 de abril y tres días después, estaremos una vez más en las urnas. Los resultados oficiales se proclamarán el 5 de junio de este año.

Todo parecería estar definido, sin contar que el CNE no tiene un centavo de los recursos requeridos para hacer la consulta o que el Ministerio de Economía no ha transferido dinero alguno, de los casi 60 millones de dólares que serían necesarios. Al contrario, redujo 20 millones del presupuesto inicialmente presentado. El dinero para financiar el proceso electoral que está en marcha, no existe. 

La noticia no causa asombro y es parte de la cotidianidad ecuatoriana. No así la forma creativa de financiar la consulta. El propio organismo electoral realizará un crédito al gobierno para sacar adelante las votaciones. En palabras de los más altos miembros del CNE, de las cuentas del plan operativo anual de esta entidad, se tomará prestado dos millones para Cancillería y ocho millones para costear la impresión de las papeletas. La capacidad de asombro no tiene límites, cuando se creía imposible, los que ostentan el poder de turno, no dejan de sorprendernos. La consulta popular que se aproxima, será a crédito. (O)

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