Cambio de ciudad / Sayuri Fiallo

Columnistas, Opinión

El mundo cambia, los ideales cambian, los objetivos cambian, los habitantes cambian…la violencia nos cambia. En los últimos días, se han suscitado varios eventos violentos en diversas partes del mundo, entre los que se encuentran Chile, México, Bolivia y nuestro país. Dejando de lado las posiciones políticas de los actores de estos eventos, debemos pensar lo que esto genera a nivel sociedad, ahora y a futuro.

La manifestación en contra de decisiones, de acciones o de hechos, es un derecho de los ciudadanos, como lo es vivir con seguridad, he aquí la contradicción que se ha vivido y se vive en muchos países hoy en día. Bajo ningún concepto es aceptable la violencia como forma de reclamo, para influenciar una decisión, ni para gobernar.  

Los ciudadanos tenemos un deber con la ciudad y nuestros gobiernos, exigir que la toma de decisiones sea en favor de nosotros, de la mayoría, y que estas sean firmes, que tengamos las certezas y garantías suficientes para mantenernos esperanzados en el futuro. El gobierno, así mismo, tiene un deber con todos, generar certidumbre, (re)construir legitimidad en su gestión y resolver los problemas más urgentes planificando para los que vendrán.

Son momentos como estos, en los que debemos pensar como ciudadanos en diversas escalas, desde barriales, hasta mundiales. Trabajar por nuestro entorno inmediato de manera ordenada y estructurada, nos llevará a que nuestros impactos sean más efectivos. Somos los que usamos la ciudad y formamos sociedad, los que debemos apoyar el desarrollo colectivo, si juzgamos, actuemos, si exigimos, trabajemos, es hora que seamos lo que hemos pedido siempre, actores de cambio. (O)

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