Camal al 30% / Editorial

Editorial

Es preocupante conocer que el Camal de Ambato, uno de los mejor equipados del centro del país, trabaja a un 30% de su capacidad de faenamiento, esto se debe según la jefa de este espacio a la pandemia, paralizaciones e informalidad.

La informalidad en el faenamiento en camales clandestinos o en sitios no autorizados provocaría que el producto faenado no esté en óptimas condiciones de salubridad para ser comercializado.

Las carnes deben tener un adecuado manejo ya que el consumidor la ingiere y al ser faenadas en lugares sin control sanitario el peligro de enfermarse en sumamente alto. Es muy común observar en calles de la ciudad de Ambato la venta de pollos pelados al aire libre, sin que tengan refrigeración, lo mismo sucede con variedad de carnes expuestas libremente al público.

Agrocalidad es la dependencia que debe realizar el control de estos sitios y de no tener permisos clausurarlos. Está claro que si no faenan en el Camal de Ambato lo hacen en otro lugar.

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