Bicentenario: “Caso cerrado”. 2020/ Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión


Díganme los que dicen que no hay presupuesto ¿qué es lo que vamos a celebrar?.- El Bicentenario.- ¿De qué?  Casi que pregunto de quién o de quiénes.- ¿De los mismos que ya celebraron el Centenario?.- Entonces sí es de quiénes. Creo que el qué ya no funciona.-

¿Qué hicieron para que sean tan recordados?.- Dijeron que “nos dieron” libertad a todos, pero fue cosa de los criollos, o sea a los hijos de los que se creían nobles, por sus títulos comprados;  pero no libertaron ni a los negros ni a los indios. Nadie ha escrito que la libertad “la ganamos” con nuestros muertos que ni siquiera son recordados como héroes, en muchos casos.

¿Se abolieron las oligarquías y las leyes coloniales?.- No, porque sus hijos se quedaron en el poder, hasta ahora, con el voto y el adulo de sus sometidos.

¿Son ellos los que quieren celebrar?.- Sí, como actos de cultura, debidamente respaldados en la ignorancia aprendida en la historia.- ¿Se cambiaron las leyes de explotación que les atormentaba en la colonia?.- No. Casi las mismas quedaron vigentes.- ¿Se suprimieron los tributos?.- No, porque faltaba plata para independizarnos y nos pasaron la factura de la deuda para pagarla por centurias.- ¿Sabe si algún país que fue colonia ya no tiene deudas? ¿Ecuador ya no tiene deudas y vive libre y feliz con sus recursos naturales y en equidad social?.- No. Desde la Independencia los gobiernos dicen que tenemos vocación de deudores.

¿Hace falta una nueva independencia o más celebraciones para adular a los que  lucharon por captar el poder y olvidarse de los soldados que   murieron de gana?.- En el mar, donde gobiernan los tiburones, los pececillos y las tortugas  solo les sirven de alimento. ¿Hay una forma de independizarse de los tiburones?.- Sí. Hay algunas.

Si los pececillos y las tortugas se unen para alejarse de los tiburones, empezaría la independencia. Hay muchos miedos que producen dependencia. El miedo es más fácil de combatir.- ¿Con qué y cómo?.-  Con conocimientos como el de no permitir que se metan en nuestros mares, juntándonos entre los débiles para volvernos fuertes. Con conocimientos de lo que tenemos para no entregar los recursos con que los tiburones se alimentan. Con solidaridad y sinceridad, evitando caer en las redes de sus mentiras y de sus ofertas de beneficios a los traicioneros. Con convicciones de lo que quieren los débiles para llegar también a ser fuertes. Dejando de ser tributarios ciegos y sumisos a propios y extraños.

¿Cómo se soluciona entonces la celebración del Bicentenario? ¿Haciendo otros monumentos a los mismos a la vuelta de donde ya les tienen hecho? ¿Vale la pena adularlos?.- Los adulones nunca mueren porque se creen herederos del poder. ¿Qué es un adulón? Sencillamente es un desconocedor de su propio pasado, un politiquero de turno. Un ignorante. Un funcionario que sabe y cree que hay que renovar el adulo a sus fantasmas. En su forma más original es un renovador y actualizador de escombros. Le gustan los letreros con su nombre para codearse con los héroes. Le gusta exhibirse con el discurso y el adulo ante los ciegos. Es un payaso de quien se ríen los héroes de verdad. Caso cerrado. (O)

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