“Autopsia Psicológica” / Alejandra Sánchez Psicóloga Clínica

Columnistas, Opinión

El suicidio se considera una problemática actual muy importante a nivel mundial, evidenciándose en Tungurahua un porcentaje muy preocupante, que debe ser analizado. Cada suicidio consumado representa una tragedia individual que indirectamente afecta a muchas personas y al entorno; no solo al fallecido/a, o a la familia, sino a amigos y comunidad. El riesgo de suicidio está influenciado por varios factores que interactúan entre sí, ya sean biológicos, clínicos, psicológicos, sociales, culturales, ambientales, siendo el resultado de la interacción entre factores predisponentes y desencadenantes. El suicidio sigue presentando un desafío a nivel clínico y social, cuya comprensión teórica del proceso involucrado en el desarrollo del riesgo de suicidio, continúa evolucionando a medida que se obtiene más evidencia en los frentes epidemiológico, biológico, clínico y psicológico.

La “autopsia psicológica” supone una herramienta válida para la valoración del suicidio consumado, en la que se pretende reconstruir el perfil psicológico de la persona que ha fallecido por suicidio, buscando determinar sus causas y el estado mental del sujeto. Se debe realizar una profundización en las fuentes de información, por un lado, las entrevistas con las personas cercanas, y por otro lado, el historial clínico y psicológico, orientándose a objetivos específicos, ya sea averiguar el contexto del suicidio consumado y/o como apoyo terapéutico en el proceso de duelo a los familiares; integrando los datos recopilados de los informantes, de manera adecuada y metodológica. Con un enfoque cualitativo se puede ayudar a esclarecer los motivos del suicidio, más allá de determinar si existió un trastorno psicológico, así mismo, más allá de una metodología estandarizada se busca un sistema ajustado al objetivo.

Igualmente, utilizar esta herramienta ayuda a comprender el suicidio y su problemática de mejor manera, y a su vez, esta información se la puede usar con fines preventivos y de intervención. Al analizar con mayor claridad los componentes principales de un suicidio, se pueden identificar  patrones y desde allí actuar para crear programas sociales de prevención del suicidio y de apoyo terapéutico en el duelo. (O)

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