Autoestima y amor 

Columnistas, Opinión

La autoestima es un componente central para la calidad y duración de una relación de pareja. La autopercepción influye en cómo interpretamos las conductas del otro, cómo gestionamos las emociones y cómo respondemos ante los conflictos.

Las personas con una autoimagen estable tienden a experimentar estados afectivos más equilibrados ante tensiones diarias con su pareja. Esto facilita la comunicación asertiva: expresar necesidades, límites y críticas sin recurrir a ataques personales. Este proceso se relaciona con la capacidad emocional, que permite a cada miembro de la pareja sentirse seguro para participar activamente en la resolución de problemas.

Reduce la dependencia y fomenta la autonomía afectiva. Una autoestima sólida disminuye la necesidad de aprobación constante del otro y evita sobre pensar señales ambiguas como amenazas. Propicia interacciones basadas en el respeto mutuo y la confianza, dos pilares de la convivencia saludable. La autonomía saludable también permite que cada individuo mantenga intereses y redes sociales propias, lo que fortalece la relación al evitar la dependencia excesiva.

La autoestima influye en la forma de gestionar los conflictos. Las personas con alta autoeficacia social tienden a recurrir a estrategias constructivas como la negociación y la reencuadre de perspectivas. 

Por el contrario, baja autoevaluación puede aumentar la reactividad, la culpa y el resentimiento, lo que erosiona la intimidad y la seguridad psicológica en la pareja.

La percepción de seguridad afectiva está ligada a la validación interna. Cuando cada persona se valida a sí misma, la respuestas a críticas o conflictos se basan en pruebas objetivas y en la empatía, no en ataques personales. Esto favorece un vínculo sostenible, donde ambos se sienten vistos, escuchados y valorados.

Fortalecer la autoestima no solo mejora el bienestar personal, sino que también transforma la forma en que nos vinculamos con los demás. En este sentido, acudir a terapia psicológica puede ser un espacio seguro para explorar la autopercepción, trabajar heridas emocionales y desarrollar recursos para construir relaciones más sanas y equilibradas.

La terapia ofrece herramientas para cultivar una autoestima sólida y, con ello, vínculos de pareja más conscientes, respetuosos y duraderos. (O)

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