Amor del Comportamiento / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Diciembre, es para el mundo cristiano el mes más esperado del año, y como no serlo si representa el nacimiento de Jesús; este extraordinario acontecimiento los cristianos los celebramos estrechando vínculos familiares para fortalecer el amor, la solidaridad, la comprensión, la reconciliación; y ciertamente expresamos nuestros sentimientos a través de regalos, cenas y la consabida “Novena”. Evidentemente durante este mes se habla del amor como un mensaje central que nos trajo Jesús para que lo vivamos; sin embargo, muchos no terminamos de entender en qué consiste este amor, y únicamente nos limitamos a decir a los cuatro vientos ¡Feliz Navidad!

Por mi parte trataré de explicarles en qué consiste este amor o por lo menos como lo entiendo.

El Nuevo Testamento escrito en 27 libros, fueron escritos en griego, y cuando se refiere al Amor aparece la palabra Ágape, que traduciéndola al español significa “Comportamiento”, en otras palabras, el Amor de Jesús es el Amor del Comportamiento y no el amor de la emoción.  Vale decir que más allá del sentimiento debe estar la voluntad de demostrar nuestro amor con acciones

Estimados lectores, la célebre frase de Jesús “Ama a tu prójimo como a ti mismo». No implica ‘querer mucho’ a todos, como si el vecino de la tienda significara lo mismo que su pareja, o como si el transeúnte que pasa por la calle significara lo mismo que su hijo. Lo que realmente implica es comportarnos bien con ellos, con respeto, humildad y tolerancia; más allá de cómo ellos se comporten con nosotros.  

Evidentemente el ser humano no siempre puede controlar sus sentimientos, es decir es difícil controlar el hecho de que alguien “nos caiga bien o mal”, sin embargo, es mucho más fácil controlar nuestro comportamiento hacia esa persona.

El Amor del Comportamiento, nos induce a respetar a los demás, es decir tratar a todos como si fueran gente importante, y de hecho todos los seres humanos somos importantes, cada uno desde su posición; y por esta razón es que hay que prestarles atención, apreciarlos y animarlos a vivir en un mundo de respeto, tolerancia y cordialidad.

Este amor de Jesús nos invita a ser tolerantes, vale decir mostrar el dominio de uno mismo, respetando el tiempo y los derechos del otro sean sus hijos, el vecino, o el transeúnte que pasa por la calle. La intolerancia y la exclusión, la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena no pueden caber en nuestra sociedad.

El Amor de Jesús nos invita a ser humildes, es decir a ser auténticos, sin pretensiones ni arrogancias; reconociendo nuestras propias limitaciones, en otras palabras, estar libre de engaños.

El Amor del Comportamiento implica esforzarnos por tratar bien a los demás, nos invita a ser tolerantes con los jóvenes, complacientes con nuestros padres, tiernos con nuestros abuelos y comprensivos con nuestros semejantes. En esta Navidad entendamos el amor que Jesús nos trae; quizá el hecho de mantener siempre una sonrisa en la mirada, una vos cálida y una mano extendida hacia el prójimo, quizá este comportamiento sea el mejor regalo que podamos ofrecer a nuestros familiares y amigos; seguramente este Dios bondadoso estará presente en su entorno familiar y les regale su bendición. Y ciertamente se mostrará feliz al observar este comportamiento que da sentido y da valor a nuestra vida.

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