Afecciones psicológicas, la pandemia silenciosa

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La discriminación por la enfermedad también afectará a niños y jóvenes, quienes se encuentran en etapa de desarrollo basada en la socialización y convivencia; el aislamiento también ha frenado los procesos de relacionarse con sus similares, una de las bases para la construcción de la identidad y autonomía personal.  (Foto El Heraldo)

El informe elaborado por el Foro Económico Mundial a inicios de este año sitúa al deterioro mental como el sexto mayor riesgo del año. Destaca el aumento de afecciones psicológicas durante la pandemia a raíz del aislamiento social y el sentimiento de soledad y miedo que predomina en la población.

Además de este informe, varios profesionales de la salud mental predicen que en el 2022 el principal problema de salud estará relacionado con las afecciones psicológicas. Según su criterio, la crisis sanitaria relacionada con el ámbito físico será sucedida por la nueva crisis emocional.

Para Claudia Terán, coordinadora de la carrera de Psicología de la Universidad Internacional SEK, “durante situaciones de crisis es normal sentir miedo e incertidumbre que limitan nuestras acciones. Sin embargo, la pandemia modificó la conducta alrededor de un factor de riesgo como el aislamiento y nos hizo reconocerlo como algo que nos protegía, pero es una de las principales causas para el desarrollo de problemas como la depresión y la ansiedad”.

“En un momento en el que ha predominado el aislamiento, los sentimientos de soledad, el distanciamiento de las personas a las que amamos y  a la vez hemos vivido duelos, nuestras emociones y la manera en la que antes percibíamos el mundo ha cambiado y también la manera en la que respondemos antes las vicisitudes, por lo que ha sido necesario reencontrarnos con nuestra esencia”, explica Juan Sandoval, psicólogo clínico de Psicohelp, Centro de Psicología Clínica y Estimulación Temprana de Ambato.

Según la coordinadora de la carrera de Psicología de la Universidad Internacional SEK, antes de la pandemia ya se hablaba sobre los efectos de salir de una unidad de cuidados intensivos. A criterio de la especialista, el principal problema que enfrentan los pacientes UCI es tener que convivir con el ‘secreto’ de la enfermedad para no sufrir de discriminación o no ser juzgados por otros. Además, también sus familiares son afectados al generar sentimientos de ‘culpa’ o ansiedad al ‘cargar con el peso’ de los cuidados.

Para el ambateño Juan Sandoval, “lo mejor es contactándonos con las personas de nuestro círculo cercano, comunicando preocupaciones a nuestra persona de confianza, integrando actividades físicas y de recreación. Además, debemos dedicar minutos para meditar y respirar de manera profunda, permitiéndonos disfrutar de nuestro pensamiento libre y profundo”.

Según Terán, este año el reto es fortalecer los mecanismos para la atención psicológica a nivel individual y social que faciliten a las personas asimilar estas experiencias, aceptarlo y validar sus emociones. Es necesario mantener redes de apoyo que permitan hablar de los hechos y reconocer los aprendizajes que nos deja la pandemia como el teletrabajo y la flexibilidad de horarios que favorezcan el bienestar anímico de las personas.

“También es importante ir a terapia, hablar de lo que nos duele y afecta; empezar hacer cambios en nuestro estilo de vida y de pensar; trabajar en nuestras emociones; aprender a ser autocompasivos con nosotros mismo; desarrollar habilidades sociales y estrategias para afrontar los problemas de forma asertiva; comunicarnos más con nuestros seres amados; saber cuándo parar con relaciones disfuncionales; cultivar nuestra autoestima y autocuidado;  relacionarnos con personas sanas mentalmente y evitar el consumo de alcohol y drogas”, añade el especialista de Psicohelp. (I)

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