¿Adicción al amor? / Alejandra Sánchez Torres
Un adicto al amor no lo es por amar mucho, sino por amar mal, por sufrir más allá de lo admisible, de lo saludable. El enamoramiento es luminoso, la adicción al amor es oscura. Hay personas que no logran “desengancharse” de las sensaciones asociadas al enamoramiento, al igual que en una adicción.
El componente más adictivo del amor es sensorial, hedonista, la búsqueda de placer. Cuando una persona se enamora, experimenta un intenso placer producido por los neurotransmisores que genera el cerebro en ese momento: dopamina (recompensa y placer), noradrenalina (euforia) y serotonina (felicidad).
En una relación sana, estas sensaciones bajan con el pasar del tiempo, puesto que, al comportarte de cierta forma con tu pareja, recibes lo que quieres y necesitas de ella, es una relación en la que puedes confiar, tienes tranquilidad y certeza de la persona; no existen mayores altos y bajos, hay menos adrenalina.
Por otra parte, las relaciones tóxicas llevan a una “adicción al amor”, ya que todo comienza a resultar incierto, la relación no es consistente, a veces la pareja te hace caso y otras veces no, hay peleas constantes, y fuertes altos y bajos.
En este tipo de relación, siguen presentes todos los neurotransmisores liberándose como con una droga. Te sientes lleno de emociones y adrenalina para conseguir la atención y cariño de tu pareja, llevando a tu cerebro a que se obsesione y se vuelva adicto. Una adicción al amor, generalmente, va ligada con una baja autoestima y regulación emocional.
Los adictos al amor actúan pensando que su relación de pareja solucionará sus temores, tienen un exagerado miedo a la soledad, desmedida necesidad de ser queridos, necesitan tener pareja sin importan quien sea, entre otros aspectos. Mucha gente cae en esto una y otra vez como cualquier otra adicción.
Una relación sana podría considerarse menos emocionante, pero trae mayor satisfacción a largo plazo. Por lo tanto, es importante empezar a plantearse si tus relaciones son amor o una adicción. Aceptar si estás en una relación insana y buscar guía para salir de ello. (O)
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