A quien tenga conciencia / Klever Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión


En el 2022, al despedirse de los escenarios, Joan Manuel Serrat ofreció un discurso en la U de Costa Rica otorgándole el título de doctor honoriscausa, máxima distinción que confiere esa casa de estudios superiores. Acto que estuvo cargado de emotividad, recuerdos, agradecimiento y que una parte decía:

“Me siento un hombre privilegiado que trabaja en lo que le gusta y al que además le pagan por hacerlo. Hizo extensivo tal reconocimiento ese colectivo de mujeres y hombres que han construido su vida a partir del oficio de cantar y de escribir canciones y para quienes el valor y la fuerza de la palabra es fundamental en su quehacer en el sueño de un mundo más justo, compartiendo lo que aman y enfrentando a lo que incomoda.

Miren soy como todos ustedes fruto del tiempo y del mundo que me ha tocado vivir, un tiempo de confusión y angustia de soledad de falta de referentes donde se ha perdido la confianza en el sistema en sus representantes y en sus instituciones donde los jóvenes se sienten engañados, los mayores traicionados y donde más que nunca nos necesitamos los unos a los otros porque todos somos importantes. porque todos tenemos que sentirnos importantes.

Los últimos años ha sido extraordinario el crecimiento tecnológico y científico que hemos experimentado pero también ha sido muy grande la pérdida de los valores morales de nuestra sociedad se han producido daños terribles a la naturaleza muchos de ellos irreparables y es vergonzosa la corrupción que desde el poder mezquino y desalmado se ha filtrado a toda la sociedad más que una crisis económica diría que estamos atravesando una crisis de modelo de vida y sin embargo sorprende el conformismo con el que parte de la sociedad lo contempla como si se tratara de una pesadilla de la que tarde o temprano despertaremos espectadores y víctimas parecemos esperar que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí.

Es necesario que recuperemos los valores democráticos y morales que han sido sustituidos por la vileza, la avidez y las ambiciones, donde todo tiene un precio donde todo se compra y donde todo se vende. Es un derecho y una obligación restaurar la memoria y reclamar un futuro para una juventud que necesita reconocerse y ser reconocida tal vez no sepamos cuál es el camino tal vez no sepamos por dónde se llega antes, pero si sabemos qué caminos son los que no debemos volver a tomar.

Espero que ustedes gente buena instruida y tolerante sabrán juzgar mis palabras por su intención más que por la manera en que he sido capaz de expresarme mientras tanto los músicos no paren de hacer sonar sus instrumentos y que los poetas no dejen de alzar la voz que los gritos de la angustia no nos vuelven sordos y que lo que estamos viviendo ahora no se convierte en normalidad capaz de volver de piedra a nuestros corazones”. (O)

MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL

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