DELIRIOS QUE ROMPEN MOVIMIENTOS

El movimiento Revolución Ciudadana, comandado oficialmente por Luisa González Alcívar y, desde el exilio, por Rafael Correa, ha ido de tumbo en tumbo, denostando a las figuras más importantes que ha tenido y que se han “jugado el pellejo” por él.
La reciente salida de Marcela Aguiñaga -histórica exministra y exasambleísta del correísmo- no es un hecho aislado: antes, Luisa González y Rafael Correa ya se habían referido con actitud confrontativa a Aquiles Álvarez y Pabel Muñoz, alcaldes de las ciudades más importantes del Ecuador y aliados de la RC. Esto último ocurrió, además, después de lo que pudo haberse aprovechado como una victoria del movimiento: el triunfo del NO en la consulta popular promovida por el presidente Noboa.
Parece que los delirios de traición que abundan en la psique de las principales autoridades de la RC se hacen presentes y los llevan a desconfiar incluso de quienes estuvieron a su lado en la época en que muchos adherentes y autoridades se pasaron al bando de Lenín Moreno. Sin embargo, lo que resulta incomprensible es que, a la par de estas actitudes, se promocione el nombre de Felipe Vega de la Cuadra para tomar las riendas de la RC. Vega fue viceministro de Defensa y cónsul de Ecuador en Barcelona durante el gobierno de Lenín Moreno.
No cabe duda de que existe un gravísimo quiebre interno en la RC y que, a día de hoy, muchas candidaturas —como las de Aquiles Álvarez y Pabel Muñoz— corren el riesgo de no ser auspiciadas bajo el argumento de que podrían ser traidores encubiertos destinados a destruir el movimiento. Lo más cómico (o trágico) de todo esto es que quienes están destrozando el movimiento son precisamente los mismos “leales” que aplauden ciegamente cada decisión de un resentido y casi psicótico Rafael Correa Delgado.
La RC no es el único movimiento que ha tenido este desenlace: en su momento, León Febres-Cordero empezó a tomar decisiones cuestionadas sobre el Partido Social Cristiano que provocaron el alejamiento de muchas figuras históricas. No fue sino hasta que Febres-Cordero falleció que Jaime Nebot tomó el liderazgo del PSC y lo condujo por otros caminos que, a día de hoy, también son profundamente discutidos.
