Consumir en diciembre

El consumo en Ambato y todo el país viene con enganches y modismos extranjeros como a finales de noviembre el Black Friday. Este mes de diciembre es esperado por comerciantes, emprendedores y demás personas que aspiran a obtener ingresos adicionales para subsistir, en diciembre inicia la temporada de compras navideñas, continúan las promociones y rebajas al contado y marcan el inicio de un ambiente comercial más activo. Las fechas festivas, las promociones y la presión del consumo impulsan a miles de familias a comprar más de lo habitual. Este escenario es oportuno para reflexionar, si bien es cierto el último mes del año es recibido con buenas vibras, hay que abstenerse del sobre endeudamiento que afecta a una gran parte de los ecuatorianos.
Las cifras oficiales muestran que la educación financiera sigue siendo una tarea pendiente. Tres de cada diez ciudadanos mantienen una calificación mala o pésima en el buró de crédito, debido a atrasos en el pago de sus obligaciones. Hay quienes acumulan deudas por capital e intereses solo en tarjetas de crédito. En muchos casos, la búsqueda de ayuda ocurre cuando la situación ya es insostenible: procesos de coactiva, demandas judiciales o insistentes llamadas de cobranza. No basta con campañas ocasionales: se necesita una estrategia continua que llegue a estudiantes, trabajadores y familias, que estén integradas en los contenidos educativos. El sector privado y la academia también deberían aportar, ampliando la difusión de conocimientos financieros en un lenguaje claro. Enseñar a manejar un presupuesto, explicar cómo funcionan los intereses y advertir sobre los riesgos de un uso desordenado del crédito que son herramientas esenciales para la vida cotidiana. Los ciudadanos, por su parte, deben asumir un rol activo. Las decisiones financieras exigen información y responsabilidad. Una regla básica es no gastar más de lo que se gana.
A finales de enero los estados de cuenta muestran en cifras concretas lo que se ha consumido y las obligaciones pendientes. Si esas deudas no se pagan, o no se cancelan en los plazos establecidos, la calificación crediticia se deteriora. Esto no sólo afecta al individuo: cuando miles de personas están en esa situación, se compromete la estabilidad de las instituciones financieras. Con el aumento del consumo propio de la temporada, es necesario recordar que la planificación financiera es una herramienta para evitar crisis personales y disgustos en los hogares. (O)
