Entre fe, arte y arquitectura por el Viejo Mundo 

Interculturalidad

Recorrer el Viejo Mundo es adentrarse en un vasto legado que ha marcado la identidad cultural de Europa y del mundo. En Barcelona, España, destaca el imponente Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, una basílica católica cuya construcción inició en 1882. Un año después, el arquitecto Antoni Gaudí asumió el proyecto y transformó por completo su diseño, impregnándolo de su estilo modernista y de una visión profundamente espiritual. La obra, aún en construcción, es símbolo de creatividad y devoción.

En Italia, la riqueza cultural se expresa en múltiples ciudades. En Pisa, la famosa Torre inclinada se alza como uno de los monumentos más reconocidos globalmente. Esta torre campanario forma parte del complejo de la Catedral de Pisa y su peculiar inclinación la convierte en un referente arquitectónico y turístico que atrae a millones de visitantes cada año.

Florencia, cuna del Renacimiento, resguarda otro de los grandes tesoros de la humanidad: el David de Miguel Ángel. Exhibida en la Galería de la Academia, esta escultura representa al héroe bíblico que venció a Goliat, simbolizando la victoria de la inteligencia y la valentía sobre la fuerza bruta. Su detallada anatomía y majestuosidad la convierten en una de las obras más admiradas del arte universal.

El recorrido cultural incluye también al Vaticano, un microestado ubicado en Roma y centro espiritual de la Iglesia católica. Allí se encuentra la Basílica de San Pedro, uno de los templos más importantes del cristianismo, erigido en honor al apóstol Pedro, considerado el primer papa. Su arquitectura monumental y su significado religioso lo convierten en un destino fundamental para quienes buscan comprender la historia y la fe que han moldeado a Occidente.

Cada uno de estos lugares revela la diversidad y profundidad del patrimonio europeo, invitando a reflexionar sobre la herencia cultural que une a las naciones y enriquece la experiencia humana.(I)

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