Tomemos en cuenta a los centenarios y octogenarios

En el mundo existe aproximadamente 720.000 personas que superan los 100 años de edad, la mayoría reside en Japón y EEUU, de los cuales al menos un 88% son mujeres; por su parte Ecuador tiene 7.000 habitantes que sobrepasan los 100 años de acuerdo al último censo realizado por el INEC, en el cual se evidencia un incremento de este segmento ya que en el 2010 teníamos una cifra equivalente a 1.953.
Talvez la mejor calidad de vida, una alimentación sana, adelantos en la medicina, sean causa de su incremento, por lo que debemos tener en cuenta que este indicador se proyecta para el año 2054 con la presencia de 4 millones de personas que pasen los 100 años.
Este grupo tiene características disímiles, ya que algunos de ellos pueden tener un ingreso económico alto que les permite sortear adversidades (especialmente relacionados con la salud y la soledad), otros viven a base de programas sociales gubernamentales, la ayuda familiar o el apoyo de determinadas fundaciones.
Me preguntaba cuáles son las demandas o pedidos de este segmento y a base de determinadas investigaciones, estimo que los productos de cuidado personal como pañales, medicamentos, la atención médica como los cuidados paliativos, fisioterapias, las sillas de ducha, los instrumentos para ayudar a la movilidad son importantes para satisfacer expectativas de este segmento.
Puede usted imaginar cuántos tungurahuenses tenemos un familiar que supere los 100 años en nuestra provincia o talvez que vaya más allá de los 80? le comento que no son casos aislados, más bien todo lo contrario, cada vez se amplia el radio de acción de este segmento y es imprescindible que este “fenómeno” sea tratado con mucho cuidado tanto por el estado, cuanto por la empresa privada, quienes podrían brindar un servicio de primer nivel en el manejo adecuado de las personas en esta fase de edad.
Se trata de hacer una vida placentera o talvez menos dolorosa, recordemos que en muchos casos son los propios familiares que reniegan de su cuidado y en muchas ocasiones ni si quiera cuentan con algo de tiempo para realizar una visita semanal, quincenal o mensual, por lo que es necesario realizar un trabajo eminentemente afectivo que promueva calidad de vida. (O)