Metaverso, el nuevo mundo virtual / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Hace pocas semanas el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg informó sobre la decisión de cambiar el nombre de su empresa a “Meta”, algo que para muchos podría sonar sin sentido considerando que se trata de la red social más relevante del momento, pues actualmente cuenta con más de 1.590 millones de usuarios activos mensuales a nivel mundial.

Pero si consideramos que su objetivo es correr con un rol de liderazgo en la configuración del nuevo metaverso, entonces podríamos encontrar razones más que suficientes para una decisión tan importante como ésta.

De ahí que conviene entender con cierto detalle ¿qué es el metaverso.? Partamos del propio nombre que es básicamente un acrónimo de “meta”, que significa trascendente, y “verso”, del universo.

En sí, es un concepto de ciencia ficción que vendría a ser el sucesor de la internet actual, es decir una red de entornos virtuales siempre activos en los que muchas personas pueden interactuar entre sí y con objetos digitales mientras operan representaciones virtuales, o avatares, de sí mismos.

Un mundo virtual al que nos conectaremos utilizando una serie de dispositivos que nos harán pensar que realmente estamos dentro de él, interactuando con todos sus elementos.

Sería algo así como teletransportarse a un mundo totalmente diferente a través de gafas de realidad virtual y otros complementos que nos permitirán interactuar dentro de él.

La diferencia con lo que hasta hoy se tiene, es que el metaverso no busca ser un mundo de fantasía, sino una especie de realidad alternativa en la que podremos hacer las mismas cosas que hacemos hoy en día fuera de casa, pero sin movernos de la habitación.

Gracias a los dispositivos que usemos, será posible interpretar nuestras expresiones faciales para que nuestro “avatar” en el metaverso pueda recrearnos, y de esa manera el resto de las personas con las que estemos interactuando entenderán cómo nos sentimos.

Otra de las características será contar con total libertad de creación, tanto para generar un “avatar” similar a nuestra persona física o bien para darle un aspecto diferente, creando además el entorno de negocios y espacios a nuestro gusto.

En tal caso podemos imaginar que caminamos por las calles de la ciudad, charlando con los avatares virtuales de otras personas y comprando en sus propios locales comerciales ropa, autos o departamentos virtuales.

También se darían reuniones de trabajo en la que se asiste a una oficina virtual como avatares, pero en realidad conectados desde casa.

El metaverso tendría su propia economía, con algún tipo de moneda virtual que podamos comprar con nuestro dinero real, o ganar de alguna manera dentro de las interacciones que ofrezca. Incluso tener puestos de trabajo y quizás preguntar: ¿en qué trabaja tu sobrino?… es el encargado de una tienda virtual en el metaverso.

Sea como fuese la cuestión es: ¿verdaderamente éste será el siguiente paso de la Internet?, y en todo ello ¿qué lugar ocupará el ser humano de carne y hueso.? (O)

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