La tormentosa migraña / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

Junto con la fatiga, el hambre y la sed, el dolor constituye una de las molestias más frecuentes. El dolor de cabeza, que el 90% de la población ha sufrido alguna vez,  puede constituir un síntoma de enfermedad, ser tan sólo una expresión de tensión o, excepcionalmente, refleja una enfermedad grave. Por el tipo de dolor el paciente rara vez nos da una información útil ya que la intensidad es relativa y depende si el paciente es vigoroso o quizás neurótico con tendencia a magnificar el cuadro. Pero un dolor incapacitante como en la migraña no le permite al paciente efectuar el trabajo ni las actividades diarias. También llamada jaqueca, se caracteriza por dolor fuerte y palpitante que generalmente afectan a un solo lado de la cabeza, acompañado de náuseas, vómitos, distorsión de la visión, vértigo e hipersensibilidad a la luz y al ruido. Una migraña clásica es precedida por un aura, que dura de 5 a 30 minutos antes de empezar el dolor, en la cual, no siempre, la persona tiene visión borrosa, ve luces intermitentes, formas y colores distorsionados, posteriormente el dolor puede durar de 30 minutos hasta varios días. Los cambios hormonales hacen que el 70 por ciento de los enfermos sean mujeres. Al igual que muchos de nuestros problemas de salud son multifactoriales, es decir que, para que se produzca, requieren confluir varios factores ya sean, causales, degenerativos, predisponentes, desencadenantes, agravantes y así.

Las condiciones generales de salud de los progenitores, edad avanzada, sobreesfuerzo de trabajo, alcohol, la salud, la condición física, psico-emocional y nutricional en el momento de la concepción, etc. Otro factor es el excesivo trabajo mental, factores nutricionales (no comer lo suficiente, comer demasiado, comer muy rápido, irregularmente o demasiado tarde), excesiva cantidad de café, chocolate, vinagre, sal en la dieta, los químicos de las conservas y carnes ahumadas, entre otras. Los cambios de presión atmosférica, cambios en la altitud, el resplandor solar, el estrés y otros factores emocionales (las cefaleas de “ilusión” que es una reacción hipocondríaca o de tipo depresivo en donde las anormalidades orgánicas son mínimas). Especial importancia tiene el aspecto emocional en el aparecimiento, agravamiento o ataque del dolor de cabeza y muy particularmente la ira, el resentimiento, las preocupaciones, el sobrepensar un determinado problema que se nos presenta en la vida, etc.

El dolor de cabeza ventajosamente es, en su gran mayoría, de estructuras fuera del cráneo como las cefaleas vasculares tipo jaqueca (clásica, hemipléjica, oftalmopléjica, atípica o agrupada), las cefaleas irradiadas por alteraciones de ligamentos, músculos o nervios cervicales, las cefaleas por problemas dentales, las por neuritis craneales provocados por golpes, tumores o infecciones, las arteritis extracraneales, las neuralgias craneales (del trigémino, del glosofaríngeo), etc. No debemos descuidarnos de las eventuales probabilidades de dolores dentro del cráneo como los provocados por tumores, abscesos, hematomas, edemas cerebrales o por inflamación infecciosa, parasitaria, química, alérgica, hemorrágica de cualquiera de las estructuras craneales internas.

Acupuntura no solamente alivia, sino que es potencialmente curativa. (O)

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