Ley por la familia / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión

Hace algunos días se presentó en la Asamblea Nacional la llamada “Ley Por la Familia”. Un proyecto de ley trabajado durante varios meses con organizaciones sociales de apoyo a la familia y a mujeres violentadas sexualmente, organizaciones religiosas, sociedad civil, universidades y el grupo Provida de asambleístas del parlamento ecuatoriano.

La ley es revolucionaria. Elimina obstáculos innecesarios para la adopción de niñas y niños reduciendo a menos de un año el proceso de adopción, de los dos y hasta tres que toma hoy. Asimismo, incorpora la posibilidad de adoptar legalmente a un ser humano desde que está el vientre el materno, una posibilidad vetada actualmente en la legislación ecuatoriana pero que sin duda es necesaria para prevenir el aborto en casos de violación o en cualquier caso que pueda llevar a una madre a abandonar o matar a su hijo.

En el proyecto se precautela siempre la posibilidad de que una mujer embarazada pueda en el momento del parto decidir quedarse con su hijo, diferenciando completamente esta figura de la maternidad de alquiler.

La ley también blinda jurídica y económicamente a la familia, incrementando el monto del llamado “patrimonio familiar”, figura jurídica que hace inembargable el patrimonio de una familia.

En el ámbito laboral amplia el periodo de paternidad a tres semanas, acomodando el acompañamiento del padre en el parto a un lapso adecuado aunque todavía por debajo de los estándares de otros países. Consagra la libertad religiosa y de pensamiento y blinda el deber y el derecho de los padres de decidir sobre la educación de sus hijos y sobre lo que les interesa y no en actividades extracurriculares y educativas. (O)

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