Liquidez y cartera en la microempresa / John Tello Jara

Columnistas, Opinión

El objetivo final de toda empresa es vender sus productos (satisfaciendo las necesidades que deriva de su consumo) de esa manera se pueden costear los valores intrínsecos en estos como son materia prima, insumos, servicios básicos, gastos administrativos, financieros y por supuesto ubicar la reserva sobre el desgaste de la maquinaria utilizada en los procesos.

Pero qué sucede cuando se vende el producto y no se logra cobrar el dinero de manera oportuna e incluso no se cobra en su totalidad? Algunos especialistas del tema manifiestan que momentáneamente se debe paralizar la producción y dedicarle mayor tiempo a las cobranzas definiendo estrategias que permitan generar liquidez inmediata.

Se inicia con un llamado de atención, haciéndole caer en cuenta al cliente que el giro del negocio depende en gran medida del pago inmediato y que las futuras negociaciones se acrecentarán con un tratamiento adecuado a la deuda adquirida, si este esquema no da resultado se entrega una aviso con la firma de un abogado, para luego tratar de definir modalidades de pago (si es que el negocio no estuviera teniendo los resultados deseados) el proceso de la acción legal es una medida que se toma como una última alternativa  para recuperar la mercadería o el dinero y por lo general es el paso para perder clientes y proveedores.

Otros analistas indican que mientras se lleva a cabo la cobranza, se debe continuar con la producción, ya que el sueldo de los colaboradores es “sagrado”, así como los servicios básicos y gastos generales.

Por otra parte, si los productos vendidos son cancelados a tiempo y en las fechas programadas, tenemos que destinar un porcentaje a “incobrables futuros”, ya que el mercado puede tener altibajos dependiendo esquemas de moda, otra parte del dinero debe canalizarse a la capacitación del personal en áreas administrativas y productivas y, por supuesto un valor para la compra de bienes de capital, es decir maquinaria.

Un esquema adecuado de vida en la microempresa conlleva contar con liquidez suficiente para enfrentar los costos y una cartera de morosidad manejable que no sobrepase un 3% o 5% de las ventas totales. (O)

Consultor empresarial

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