2023 /Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

Cada vez que terminamos un año y comenzamos otro, tenemos muchos enigmas por descubrir: ¿el año pasado fue mejor o peor, el año que empezamos será mejor o peor?

Pero no hay años mejores ni peores sino experiencias de la vida que son el resultado de lo que hacemos o dejamos de hacer, de lo que queremos o dejamos de querer, de un equivocado modo de escoger las opciones o los caminos de existencia.

Muchos nos resbalamos, nos desplomamos, nos accidentamos, perdimos el sujeto amado, perdimos el trabajo, perdimos una elección, ganamos un ángel, encontramos un trabajo digno, encontramos un nuevo amor, una nueva enamorada, un nuevo novio o decidimos tomar un nuevo rumbo en la espiral de la cotidianeidad; unos viajamos otros nos quedamos, unos gritamos de alegría por el nuevo miembro de la familia y otros lloramos la partida al más allá de algún amigo entrañable o familiar.

De todo hubo en el 2022, obviamente el año que culmina marcará nuestra vida para siempre y nos enseñará que no existen personas imprescindibles, solo las hay indispensable y útiles.

En el 2022 existieron los demagogos de siempre, los politiqueros vende Patria, los delincuentes de un sistema injusto, los drogodependientes, un pésimo sistema de Salud y educación; profesionales jóvenes sin fuentes de trabajo, la ingratitud caminando cada vez más cerca de la humanidad, la deslealtad cada vez más identificada con lo pobres de corazón y lóbulo límbico. Que decir de los homicidas, los femicidios, los suicidios, los divorcios, los remember, los matrimonios.

Obviamente muchos empezamos el 2022 con un “ángel” que se convirtió con el paso del año en una pesadilla o un demonio de cuatro patas, animal rastrero, escoria de la vida y bla bla bla. Felicidades a quienes continúan con el ángel vigente todavía y siguen descubriendo sus atributos hasta la victoria siempre o hasta que la plata los separe.

Estimado lector el 2023, tendrá pocas modificaciones, no quiero desalentaros, pero el presente año puede venir cargado de muchos más retos que el 2022, entonces a recogerlo con mucha madurez y responsabilidad, pues el éxito o fracaso del presente año no radica en las uvas que se comieron, ni en el interior que usaron la noche de fin de año, peor aún en la paliza que le dieron al pobre viejo que con construyeron con afán y dedicación.

El 2023 deberá tener un plan a corto y largo plazo con procedimientos más cercanos a la realidad que a lo sublime, romántico o sensible fantástico. El 2023 debe ser presentado con verdaderos proyectos de vida, preguntarte ¿quién soy, a donde voy y quien va a acompañarte en el trajinar de la vida?

En el 2023 aprendamos a escoger pareja y quien dirigirá los gobiernos seccionales, quién tiene la capacidad para liderar una comunidad y quién debe estar presente en mi accionar como referente y ejemplo.

Todo en la vida se acaba, pero jamás la lealtad y la gratitud.

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