2020, un año para recordar y valorar / Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión


Esta es mi última columna del 2020, un año que difícilmente será olvidado por mí y por todos ustedes. El 2020 ha sido el año más extraño, complejo, distópico e impredecible en mucho tiempo. Son pocos quienes ya han vivido un “año de guerra”, en condiciones similares al actual.  

Nadie hubiese imaginado en enero todo lo que sucedería. Una pandemia que lo cambió todo a partir de marzo, cuando el mundo cerró por completo sus actividades empresariales, gubernamentales y de transporte, entre otras cosas. También se prohibieron las actividades deportivas y hubo restricciones de todo tipo que afectaron la cotidianeidad de la gente.

Antes de que los gobiernos liberen las restricciones y la gente empiece a salir de sus casas, cundía el pánico. Cuando regresábamos de la calle, nos cambiábamos de ropa y nos desinfectábamos con gran prolijidad. Poco a poco fuimos perdiendo el miedo a salir ya que nos habituamos a la “nueva normalidad”, es decir al uso permanente de mascarillas y alcohol.

Sin embargo, esto es lo cotidiano, lo que hemos visto como cambios visibles en el día a día. Lo medular son las lecciones aprendidas, entre esas que ahora valoramos mucho más el momento presente y la compañía de nuestros seres queridos. O el hecho de amanecer con buena salud y que esto sea sinónimo de tener una buena calidad de vida.

Asimismo, hemos aprendido a valorar el tener un plato de comida, o un techo bajo el cual dormir, cuando tantas personas lo han perdido todo porque desaparecieron sus empresas, sus empleos y sus formas de vida, de manera abrupta.

La pandemia obligó a muchos cambios inesperados en la gente, lo que ha afectado en gran medida a la salud mental, que, por el encierro, el distanciamiento social, el aumento del desempleo y la delincuencia, sumado a la quiebra de empresas, han complicado la estabilidad emocional de muchas personas.

Es por eso que les invito a tener gratitud con Dios, con la vida, con el presente y con quienes nos rodean; con las cosas sencillas, ya que de eso se trata la vida, de valorar cada instante. (O)

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