Con liturgia se conmemoró el terremoto de 1949

Ciudad


Monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato, invitó a los feligreses a orar por los sacerdotes, monaguillos, niños de la catequesis, fieles y poblaciones que perecieron luego del terremoto. (Foto El Heraldo)

Los bienes del Cielo deben ser prioritarios antes que los terrenales; es decir, la acumulación del capital o de bienes materiales no ayudan para llegar al Reino de los Cielos, puesto que son vanidades, señaló monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato, durante la misa que presidió en recordación del terremoto de 1949.

La autoridad eclesiástica señaló que durante la eucaristía que al recordar los 70 años de la tragedia, debe servir para meditar respecto a la vida que cada persona lleva para volver con el corazón renovado hacia Dios. 

Agregó que cuando Ambato se despertaba  a un nuevo siglo, nació en el corazón de los tungurahuenses la idea de construir una nueva iglesia matriz. El antiguo templo que fue edificado en la época Colonial con las adecuaciones de casi 300 años, por los sismos y terremotos sufridos en la sierra central, hizo que fuera necesario una nueva construcción. En 1842 la iglesia presentaba tres naves, con cubierta de pan con arcadas de medio punto que terminaba en pilastras con techo de teja y con un humilde frontis; como también, la presencia de una torre de tres cuerpos  y el capitel. Todo al estilo Neoclásico.

En los archivos de la Curia Diocesana consta la primera acta de sesión del Directorio pro Construcción de la Nueva Iglesia Matriz fechada el nueve de diciembre de 1900. Este Comité trabajó por más de 30 años con personería jurídica y al servicio de los párrocos de la iglesia Matriz. Los directivos visitaron al arzobispo de Quito, Pedro Rafael González, quien felicitó la iniciativa de iniciar con una nueva construcción.

Los sobrevivientes del holocausto se reunieron por petición de monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato, al terminar el acto religioso. (Foto El Heraldo)
 
 
 

Este Comité gestionó por los fondos e  inició con los planos para la edificación de la nueva iglesia matriz.  En 1904 se colocó la primera piedra del templo. En 1908 estaban los cimientos de una profundidad de seis metros y medio y 50 metros de longitud, y los muros levantados de 30 metros construidos en ladrillo, especialmente la parte del presbiterio y el resto de la construcción con piedra de pishilata. 

En 1909 los fondos escasearon. La parroquia se vio en la urgencia de vender unos terrenos en Pelileo, sin que sea suficiente. Se decidió traer a la Virgen de Agua Santa de Baños para que recorra el pequeño Ambato. El resultado fue que se incrementaron los recursos, pero seguía siendo insuficiente, para seguir con la obra de la Iglesia Matriz de Ambato.

En 1909, llegó el padre Pedro Bruning, sacerdote alemán, gran arquitecto que empezó a rediseñar los planos de la antigua Iglesia Matriz por pedido del Comité. En 1920 quedaron los planos listos. El 13 de diciembre llegó el arzobispo Manuel María Pólit Lasso para bendecir el edificio.  

La nueva iglesia al estilo neoclásico, concebida en juego con el parque Montalvo, era una belleza de la ciudad. En 1930 se concluyó con el pretil y atrio y en ese año, monseñor Pólit asistió a la bendición de la iglesia totalmente terminada. En 1931 se hizo el contrato con una empresa para la construcción del órgano el cual al entrar en funcionamiento hacía  eco con la piedra pishilata para dar honra a Jesucristo.

El viernes cinco de agosto de 1949, después de la solemne bendición, en la hermosa catedral que fuera el símbolo de la fe, estaban los seminaristas, los niños del catecismo, y los sacerdotes adorando al Santísimo que presidía el arlar mayor. Todos quedaron sepultados por el sismo. A pesar de las circunstancias, el pueblo luchó y actualmente las nuevas generaciones son ejemplo de fe, trabajo y constancia, señaló monseñor. (I)


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