Nuestraesencia espiritual / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

 

Sabemos que cada pensamiento causa un cambio en el campo entero de la realidad, cada una de las informaciones mentales no puede ser creada ni destruida, sólo cambiada. Así, a cada paso, cada fragmento posible de conocimiento se puede alcanzar en la mente, sin importar tiempo y espacio. El cosmos entero es ordenado e inteligente y con asombrosa auto-organización. Actualmente es inconmensurable la intensidad y la cantidad de conocimientos y de información posibles. Cualquier aspecto de la realidad se puede cambiar en el nivel material, atómico o subatómico, cambiando de puesto su información y energía. La tecnología para crear tales cambios está en nuestra mente. La mente no es un fenómeno local, no tiene lugar fijo en tiempo o espacio sino es una calidad del campo. Es decir, cuando nosotros tenemos un pensamiento, estamos activando un número infinito no íntegramente conocido de estímulos electromagnéticos, una verdadera “computadora cósmica”. El despertar de esa conciencia y el conocimiento de sí mismos servirán hoy por hoy como requisito previo para el logro de un equilibrio biológico, psicológico y de prosperidad, tanto individual como colectiva en la humanidad entera.

 

Ha sido ampliamente establecido, que todo el anarquismo e infelicidad de la humanidad tiene su fundamento en el «estado interno, inestable, confuso y no desarrollado del hombre mismo”. Se sostiene que, para cambiar el rumbo de las cosas en la sociedad actual, el primer paso es «inculcar a los hombres: ricos y pobres, capitalistas y obreros, sentimientos, pensamientos y hábitos más nobles, más elevados, más espirituales, transformando las cualidades «animales» que dominan la vida actual de la humanidad en cualidades sentipensadas como la compasión, el amor, la generosidad, la cooperación, la justicia, el altruismo, la rectitud, la veracidad, la responsabilidad, etc.

 

Hemos evidenciado que «ningún sistema económico puede ser exitoso sino está fundamentado en la unidad del género humano”. Que la justicia es la base de la unidad. Es evidente que la situación actual no presenta las características de unidad y justicia, que urge un cambio profundo en la naturaleza humana, porque si el ser humano no logra su propia unicidad, mediante el conocimiento de sí mismo, no podrá respetar la unicidad de los demás ni actuar con justicia, que es en definitiva la base de la unidad de la humanidad.

Se hace necesario, de esta manera, incursionar en la naturaleza humana y buscar el punto de partida para iniciar ese cambio tan anhelado. En el libro «Nacidos para Triunfar» se cita a Galileo que dijo: «nada puedes enseñarle a un hombre; solo puedes ayudarlo a que lo descubra dentro de sí mismo”. También se ha dicho: «Nadie debe arrastrar a otro forzadamente hacia el cielo. A la hora determinada, el ciego recobrará la vista». Sin embargo, es urgente un cambio tan profundo en el ser humano antes de que las acciones inconscientes que realiza terminen por destruirnos a todos los seres vivientes que poblamos el planeta Tierra. No se puede esperar a que a todos les llegue el turno para que despierten y decidan actuar correctamente, porque el avance tecnológico y científico ha producido muchas armas de destrucción masiva que pueden ser detonadas en cualquier momento por un grupo de seres inconscientes.

 

Tampoco se puede forzar a nadie. En este sentido, la idea es que los líderes de la humanidad se den cuenta de que todos estamos dormidos y debemos despertar a la realidad de nuestra verdadera esencia espiritual, para tomar decisiones conscientes y no mecánicas de tanta materialidad y ambición personal.  (O)

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