Maestros en torcer la Verdad  / Mario Fernando Barona      

Columnistas, Opinión

Según una investigación realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la década del gobierno del expresidente Rafael Correa, el país perdió 40 mil millones de dólares por corrupción en compras públicas, y según ese mismo organismo, a este valor habría que sumar 30 mil millones de dólares más por pérdidas en el manejo ineficiente de recursos. Y de hecho, la estimación grosso modo de las pérdidas por corrupción y malos manejos nunca puede ser exacta porque en casos de gobiernos sin fiscalización y acumulación de poder, como el de Correa, las cifras pueden ser incluso mayores.

 

Esas cifras, no obstante, son más o menos cercanas, aunque en cualquier caso escandalosas a lo que en su momento señaló el gobierno del presidente Lenín Moreno a inicios de su gestión que daba cuenta de alrededor de sesenta mil millones de dólares robados, frente a los setenta mil millones de dólares denunciados por el BID, pues, como que guarda relación. Esto, sin duda, confirma por enésima vez lo que bien podríamos considerar como el mayor atraco económico – político nunca antes estructurado en el Ecuador.

 

Y como saben que no pueden tapar sus inmundicias, saben que día a día aparecen nuevas rapiñas imposibles de ocultar, y saben también que lo que se viene es aún peor, los corruptos del anterior Régimen utilizan entonces el único recurso que tienen (y que saben usarlo muy bien) negarlo todo, olvidarse de todo, torcer la verdad, confundir, cambiar forzosamente testimonios a su favor, desacreditar a todo aquel que los denuncie, declararse perseguidos políticos, y claro, ponerse bravos.

 

En la misma proporción en la que han salido a la luz todos los días cada uno de los latrocinios cometidos por la era correísta, esos mismos corruptos han ido también forjando -desesperada y torpemente- elementos mediáticos que les permitan un respiro. El último, el del expresidente Correa, quien quiere hacer aparecer unas declaraciones de Diana Salazar, directora de la UAFE, como que no hubo pruebas para encarcelar a Jorge Glas. Ella dijo lo siguiente: “Los fondos (robados por Jorge Glas) fueron transferidos a cuentas que no necesariamente están en el país y que pueden encontrarse en jurisdicciones no cooperantes, conocidas como paraísos fiscales, en donde no entregan información fácilmente.” Es claro que en ningún momento Salazar está señalando que no hubo pruebas o que Glas está preso injustamente, está diciendo que los fondos “fueron transferidos” (es decir que el dinero mal habido sí existió, pero ya no está en el Ecuador). Sin embargo, Correa responde a estas declaraciones en un tweet así: “Pese a su maledicencia, la señora Diana Salazar reconoce que no tiene pruebas de que Jorge Glas haya recibido dinero. Entonces, ¿cómo pudo ser condenado? ¡Ah! ¡Me olvidaba! ‘La fuerza de las circunstancias’”.

 

Torcer la verdad es una forma de mentir, y acuérdese que tarde o temprano el mentiroso cae más rápido que el ladrón, y que en el caso del anterior gobierno son con sobra de los dos. (O)

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