Los cuidados del niño / Patricio Arellano Abedrabbo

Columnistas, Opinión

 

Desde que nace hasta la adolescencia la Pediatría se encarga del cuidado del ser humano, atravesando por las diversas etapas o ciclos de vida, es decir el recién nacido, el lactante, el preescolar, escolar, la pubertad, la adolescencia temprana y tardía…El neonato o recién nacido requiere de los cuidados pertinentes desde que está en contacto con el medio ambiente a fin de evitar el enfriamiento, la contaminación y las infecciones perinatales. Luego en el período de lactancia, fomentando a todo costa la lactancia materna evitando las leches “maternizadas” o leches de tarro, manteniendo así la empatía y el calor de la madre, además la correcta higiene con el baño y el uso de jabones adecuados y otras medidas acordes con su edad como las inmunizaciones o vacunas.

A los 6 meses es importante la introducción de la alimentación basada en el consumo de papillas y luego la adición de otros alimentos en forma progresiva hasta que al cumplir el año de edad puede consumir la comida familiar desde luego con ciertas restricciones en calidad y cantidad acordes con esta edad…Qué importante resulta desde esta edad no sobreproteger a los niños abrigándolos demasiado, cuidándolos exageradamente en la alimentación o estando demasiado pendientes de lo que hacen o quieren hacer en lo que se refiere a los juegos, entretenimientos espontáneos u otras actividades. Está bien cierta protección o cuidados pero no al extremo, por cuanto estamos construyendo niños con temores, con miedos, con dudas y luego cuando sean jóvenes incluso adultos desencadenarán dependencias enfermizas e incapacidad para desenvolverse solos, desarrollando fobias, ansiedad y frustraciones.

Continuando con el período preescolar y escolar, resulta importante ofrecerles un ambiente familiar adecuado que les brinde bienestar y seguridad, incorporando una buena alimentación, actividad física, buenas costumbres y ciertas normas y valores teniendo desde luego a los padres como el mejor ejemplo y la escuela como la mejor educación y capacitación. Así mismo, en esta edad la sobreprotección y los cuidados excesivos en las diversas actividades cotidianas, no lograrán sino niños con temores, retraídos y dependientes sin poder desarrollar sus propios potenciales. Es frecuente ver niños con malos hábitos alimentarios en los que la comida “chatarra” y las golosinas son la regla, sumándose a esto el sedentarismo y la adicción a la tecnología, causas determinantes del sobrepeso, la obesidad y la falta de comunicación.

Acaso el mal ejemplo está en la misma casa?…Las etapas de la pubertad y adolescencia no dejan de ser importantes, más todavía requieren de cuidados, consejería, educación multifactorial con el fin de construir buenos cimientos para la vida. Desde luego no es una etapa fácil de sobrellevar para los padres por cuanto se dan muchos cambios sean físicos, mentales, psicológicos, emocionales y conductuales, de modo que los padres deben tener mucho tino y prudencia en la conducción de sus hijos, igualmente con ciertas reglas, normas y disciplina, sin sobreprotección o demasiada libertad, para así ganarse el respeto, la honra, el sometimiento sano y una buena relación familiar e interpersonal.

El Manual de instrucciones que es la Palabra de Dios es tan claro en decir que: ”Lo que se siembra, se segará” “Criadlos en amor y disciplina, con amonestación del Señor” “Instruye al niño en su camino y aun cuando sea viejo no se apartará de él”…Está en nuestras manos la buena crianza de nuestros hijos desde temprana edad, no sea que después nos estemos lamentando, o si no lo hemos hecho, nunca es demasiado tarde para lograr el cambio, apegados al gran manual de vida! (O)

Deja una respuesta