El buen vivir – propuesta o demagogia / Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

El buen vivir es uno de los conceptos más novedosos, sonoros, innovadores y policromáticos surgido en la época más lúcida de los corazones calientes y las mentes ardientes a comienzos del siglo XXI. Tal concepto, nacido de las mentes más prodigiosas, maravillosas, asombrosas con influencia ancestral de la edad media, podría coincidir con aquella propuesta política que pretende la consecución de una vida armónica total con el consciente y subconsciente del individuo y una armonía fogosa con los acólitos, la sociedad y la naturaleza.

El concepto del llamado buen vivir enmarcado en las políticas públicas ecuatorianas, al parecer fue usado con las mejores intenciones electoreras y con un alto contenido dogmático y demagógico, con un estratégico concepto indígena kichwa de sumak kawsay, que originalmente se entendía como «vida límpida y armónica».

Esta idea del buen vivir, como vida en armonía con las demás personas y con la naturaleza, que se hallaba presente en el Plan de Gobierno revolucionario y combativo, se fue desenmascarando en un mal vivir, en un vivir de estigmas y odios, en un vivir antidemocrático, en un vivir en tiranía y despotismo, en un vivir de la mal llamada prensa corrupta, en un vivir separatista, en un vivir de corrupción rampante y corruptela de las manos limpias.

Y la Patria se vio envuelta en una ensalada suculenta de palabras y pocas acciones: el Buen vivir, Sumak kawsay, Bienestar, Felicidad, Revolución ciudadana, Socialismo del buen vivir, Transformación de la matriz productiva, Desarrollo humano, Desarrollo sostenible, Equidad, Sostenibilidad y bla, bla, bla.

Para la construcción de la sociedad del Buen Vivir o vida plena, una casualidad idiomática de “Mucha bulla pocas nueces”, según el Art. 276 de la Constitución implica mejorar la calidad de vida de la población, desarrollar sus capacidades y potencialidades; construir un sistema económico justo, democrático, productivo, solidario y sostenible, a través de la redistribución social y territorial de los beneficios del desarrollo, de los medios de producción y en la generación de trabajo digno y estable; impulsando la participación y control social, estableciendo la convivencia armónica con la naturaleza garantizando el acceso equitativo y de calidad al agua, aire y suelo; garantizar la soberanía nacional; promover el ordenamiento territorial equilibrado y equitativo, así como la diversidad cultural. Entre la demagogia, la ignorancia, los politiqueros y las próximas elecciones.

Para el colmo, ya se acercan las nuevas elecciones seccionales y los candidatos y candidatas colmarán nuestras expectativas, como famélicos novios en crisis existencial, nos bajarán las estrellas, nos subirán a los cielos, nos ofrecerán puentes en donde no hay ríos, nos jurarán pan, techo, luz, agua potable; nos volverán a decir que la Patria ya es de Todos y que la Salud ya es de Todos, a la final con nuestro analfabetismo político terminaremos eligiendo el mal menor, el menos mudito y la menos sapa.

Nos dirán que debemos apostar por una forma de convivencia social pacífica, respetuosa de la diversidad y en armonía con la naturaleza, en definitiva, por hacer realidad el anhelo de las ecuatorianas y ecuatorianos por alcanzar el Sumak Kawsay.

Luego de tanto circo, 10 años más de tiranía, despotismo, barbarie, dictadura, corrupción, dictablanda, absolutismo, perreo político, pobreza, miseria, subdesarrollo.

Y el pueblo sin cupos para las universidades, universidades perseguidas por una inmisericorde acreditación, profesionales perseguidos por sus títulos no reconocidos por la burocracia estatal y sus pipones, médicos huyendo del país a hacer un post grado bajo un sistema de esclavismo profesional, periodistas asesinados, medios de comunicación cerrados, empresas multadas y clausuradas. QUE BUEN VIVIR. (O)

 

*/María Fernanda Paredes L

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