El Adulto Mayor    / Editorial

Editorial, Opinión

 

En la provincia de Tungurahua existen decenas de miles de personas de la tercera edad que requieren de la constante preocupación de toda la sociedad y, por supuesto, de las autoridades de salud y de las que mantienen programas sociales, en forma permanente con los recursos humanos y económicos suficientes.

En muchos casos, las personas de la tercera edad, por los años transcurridos y por eventuales enfermedades actuales y pasadas, son más vulnerables y proclives a desequilibrios físicos y mentales que pueden precipitar a situaciones inesperadas.

Por desgracia, miles de adultos mayores permanecen en la indigencia total; sus familias les abandonado en forma irresponsable:  hijos mal agradecidos  se han olvidado de sus progenitores; segmentos de la sociedad miran con indiferencia a estas personas.

Existen familias bien conformadas, cuyos miembros actúan con amor y con respeto a favor de  sus mayores, a quienes ofrecen condiciones de vida satisfactorias en el alma y en el cuerpo.  Es encomiable encontrar estas familias que son ejemplo vivo de la forma de actuar con los ancianos  y de un comportamiento honesto en la vida de la comunidad.

Este problema familiar y social ha dado paso a que se señalara el Día del Adulto Mayor   el primero  de octubre de todos los años para celebrar y recordar a las personas de la tercera edad. Durante este mes se celebrarán festejos y  distracciones variadas. Pero lo fundamental es reforzar los programas, con asignaciones económicas suficientes para que la atención sea siempre mejor. (O)

 

 

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